OPINIÓN, SMI, Crónica del Henares
28 marzo 2025.- Para razonar por qué el salario mínimo debería estar exento de tributación, podemos analizarlo desde varios ángulos: económicos, sociales y éticos.
(1) Propósito del salario mínimo: El salario mínimo se establece para garantizar que los trabajadores puedan cubrir sus necesidades básicas, como alimentación, vivienda, transporte y salud. Si se grava con impuestos, el ingreso neto se reduce, lo que podría dejar a los trabajadores por debajo del umbral de subsistencia que el propio salario mínimo busca proteger. Eximirlo de tributación asegura que cumpla su función esencial.
(2) Progresividad fiscal: Un sistema tributario justo suele basarse en la capacidad de pago. Quienes perciben el salario mínimo tienen una capacidad contributiva muy limitada, ya que gran parte de sus ingresos se destina a gastos esenciales, no a bienes discrecionales. Gravar estos ingresos contradice el principio de equidad vertical, que busca que los impuestos recaigan más sobre quienes tienen mayores recursos.
(3) Impacto económico: Exentar el salario mínimo de impuestos deja más dinero en manos de los trabajadores de bajos ingresos, quienes tienden a gastar la mayor parte de lo que ganan en la economía local. Este aumento en el consumo puede estimular la demanda, beneficiar a las empresas y, a largo plazo, incrementar la recaudación fiscal por otras vías (como impuestos al consumo o ganancias empresariales).
(4) Reducción de la pobreza y desigualdad: Tributar el salario mínimo puede agravar la situación de vulnerabilidad de las personas que ya están en el límite económico. Al eximirlo, se fortalece su poder adquisitivo, lo que contribuye a reducir la brecha de desigualdad y a sacar a más personas de la pobreza, un objetivo común en muchas políticas públicas.
(5) Costo administrativo vs. beneficio: La recaudación de impuestos sobre salarios mínimos suele ser baja en términos absolutos, ya que los montos son pequeños. Sin embargo, el costo administrativo de procesar estos impuestos (declaraciones, fiscalización, etc.) puede no justificar el ingreso generado. Eximirlos simplificaría el sistema tributario y liberaría recursos para enfocarse en gravar ingresos más altos.
(6) Argumento ético: Desde una perspectiva moral, gravar a quienes apenas alcanzan a sobrevivir puede considerarse injusto. El Estado, al establecer un salario mínimo, reconoce un estándar de vida digno; imponer impuestos sobre este ingreso podría interpretarse como una contradicción, al quitar con una mano lo que se da con la otra.
En conclusión, exentar el salario mínimo de tributación tiene sentido porque protege su propósito original, promueve la equidad, estimula la economía y alivia la carga sobre los más vulnerables, todo mientras se alinea con principios de justicia social y eficiencia administrativa.
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