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Un momento de Cathedral inspirada en la música del compositor estonio Arvo Pärt. ©Hans Gerritsen |
Marcos Morau reedita con el Scapino Ballet Rotterdam Cathedral, la obra de un mundo gobernado por las tecnologías digitales y donde las personas están desconectadas
El coreógrafo de Bélgica Sidi Larbi Cherkaoui defiende en Vlaemsch (chez moi) una identidad construida mediante influencias
Eva Alonso, Arthur Bernard-Bazin y Lucio A. Baglivo unen sus talentos en Wabi Sabi, y Dácil González y Carmen Fumero firman su tercera colaboración en Mutar. Romper. Vibrar
La danza contemporánea sobresale en el final de la temporada de Teatros del Canal de la Comunidad de Madrid con cinco espectáculos en junio, dos estrenos absolutos y otros dos en España. Marcos Morau, estrella en ascenso de la coreografía europea, presenta con el Scapino Ballet Rotterdam Cathedral y el coreógrafo de Bélgica Sidi Larbi Cherkaoui, Vlaemsch (chez moi). Las novedades llevan la firma de Eva Alonso, Arthur Bernard-Bazin y Lucio A. Baglivo en Wabi Sabi y la de Dácil González y Carmen Fumero en Mutar. Romper. Vibrar. Por último, Proyecto Larrua presenta su creación de danza-teatro La casa vacía.
El encuentro con un meteorito de un metro de altura en el escenario marca el enigmático comienzo de Cathedral (del 12 al 14 de junio), reedición de la innovadora obra que Marcos Morau creó para la compañía de Países Bajos en 2019. Ya había creado para el Scapino Pablo, en 2016, y ha colaborado con el grupo neerlandés durante muchos años.
Inspirada en la música del compositor estonio Arvo Pärt, Cathedral presenta un mundo donde la vida está gobernada por las tecnologías digitales y los seres humanos viven desconectados. En una escenografía retrofuturista que imagina ese mundo alienante, con proyecciones de vídeo a tamaño real, la música de Part crea un oasis de calma mientras los bailarines exploran lo que nos hace humanos y nuestra relación con la naturaleza.
Sidi Larbi Cherkaoui es un coreógrafo clave en la danza contemporánea internacional, con un sello ecléctico e inconfundible en sus creaciones. Con Vlaemsch (chez moi) (del 19 al 22 de junio) se interna en las raíces flamencas que heredó de su madre. Hijo de madre flamenca y padre marroquí, esta doble condición originaria dio lugar a una identidad que ha determinado su obra. Entre lo local y lo intercultural, su creación explora diversos mundos.
Vlaemsch (chez moi) transita por un espacio de memoria donde se encuentran el pasado, el presente y el futuro. La obra remite a la próspera Flandes renacentista del siglo XV a través de elementos escenográficos, de vestuario y música. La reputación de esta ciudad la habían engrandecido artistas locales de renombre internacional, abierto a influjos exteriores. Teniendo presente esta idea, Cherkaoui, en colaboración con otros creadores flamencos (el artista visual Hans Op de Beeck, el músico Floris De Rycker y el diseñador de vestuario Jan-Jan Van Essche), incide en que la identidad propia de un territorio es fruto de las influencias.
Tres artistas con sus propias trayectorias, Lucio Baglivo, Arthur Bernard-Bazin y Eva Alonso Martínez, han volcado su pasión por la danza en un único espectáculo, Wabi Sabi (21 y 22 de junio). De origen argentino Bagivlio se formó como gimnasta y circense antes de abrazar la danza con creaciones propias y para otras compañías. El coreógrafo francés Bernard-Bazin se mudó a Madrid en 2007, donde fundó HURyCAN, y como Baglivo, ha alternado su trabajo para esa compañía y otros artistas. Eva Alonso es bailarina, creadora y docente, que ha trabajado durante varios años en las piezas de Jesús Rubio Gamo y ha colaborado con otros coreógrafos, además de aportar su trabajo en solitario. Wabi Sabi revela a los humanos como seres múltiples, frágiles y divertidos que desean encontrar su propio espacio, sin perder los vínculos y el amor.
Dácil González, Premio Nacional de Danza 2019, y Carmen Fumero pondrán el punto final a la temporada de Teatros del Canal. Son dos bailarinas y creadoras canarias afincadas en Madrid, con una amplia y sólida trayectoria. En 2022 comenzaron a colaborar juntas, realizando dos piezas: Mutable, ese mismo año, y A ojo, en 2023. Ahora han creado Mutar. Romper. Vibrar, que estrenan el 27 de junio y de la que ofrecerán otras dos funciones el 28 y el 29. Según explican, la obra constituye un espacio para el cambio, el lugar donde reinventar, jugar y errar. El punto de encuentro de cuatro mujeres, unidas por las mismas inquietudes y que parten de un mismo lugar, un universo de tonos, texturas y volúmenes por redescubrir.
Por último, Proyecto Larrua presenta en la Sala Negra el 18 y 19 de junio su creación de danza teatro La casa vacía que narra la historia de una artista recientemente fallecida y su pareja. La relación que tienen ambas con el arte, el amor, el olvido, la soledad, la memoria, la fragilidad y el vacío.
La casa vacía es una pieza de danza-teatro-teatro documental donde se fraccionan las escenas como si estas fueran un collage, “un collage de vida, de imágenes y recuerdos”, explican los creadores. Las intérpretes forman parte de este collage en diferentes situaciones participando activamente dentro de estos recuerdos y otras veces siendo testigo y espectadoras de estos. Una pieza donde la danza contemporánea coexiste y convive con el teatro a través del rodaje de un documental que marca un mapa y recorrido en la vida de una reconocida artista plástica y donde las intérpretes se ven sumergidas, de distinta forma, en estas historias.
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