Escalona, turismo
A orillas del río Alberche, en la provincia de Toledo, se alza Escalona, un pueblo medieval que invita a viajar en el tiempo. Con su imponente castillo, los evocadores Miradores del Alberche y un casco histórico que respira historias de caballeros, reyes y escritores, Escalona es un destino perfecto para quienes buscan combinar patrimonio, naturaleza y una experiencia cultural única. A solo 54 km de Toledo y a un paso de Madrid y Ávila, este enclave toledano es ideal para una escapada de un día o un fin de semana inolvidable.
Los Miradores del Alberche: un balcón al alma de Escalona
Comenzar la visita a Escalona por los Miradores del Alberche es casi obligatorio. Situados en la Plaza de Santa María, donde se encuentra la Oficina de Turismo (alojada en la singular Torre del Agua), estos miradores ofrecen una panorámica espectacular del valle del Alberche. Desde aquí, el río, el castillo y la villa se funden en un paisaje que no ha cambiado en lo esencial desde hace siglos. Es el único lugar donde se pueden contemplar ambas caras del Castillo de Escalona: la que se asoma al río, desafiante sobre el risco, y la que abraza la villa, testigo de su pasado medieval.
Los Miradores no son solo un punto de observación; son una invitación a "leer" el paisaje. A lo lejos, los bosques de ribera del Alberche, conocidos como “La Selva”, se extienden en una masa verde que cambia con las estaciones. Más cerca, el arenal del río recuerda los campamentos de reyes que intentaron, sin éxito, asaltar el castillo hace siglos. Sentarse en uno de los bancos de los miradores, dejar que la brisa del río acaricie el rostro y escuchar el murmullo del agua es sumergirse en la esencia de Escalona, un lugar donde el tiempo parece detenerse.
El Castillo de Escalona: una fortaleza inexpugnable y cuna de prodigios
El Castillo de Escalona, declarado Bien de Interés Cultural, es el emblema de la localidad y uno de los monumentos más fascinantes de Castilla-La Mancha. Su historia comienza hace casi 1.000 años, cuando el rey Alfonso VI, tras conquistar estas tierras del reino árabe de Toledo en 1083, ordenó construir una fortaleza en lo alto de un cerro estratégico sobre el río Alberche. Durante dos siglos, fue una plaza militar clave en la frontera, resistiendo ataques de almorávides y almohades. Su diseño, con ocho torres albarranas, un foso con puente levadizo, pasadizos secretos y una ubicación inexpugnable, lo convirtió en una “máquina de guerra casi perfecta” que nunca fue tomada por la fuerza.
En la Edad Media, el castillo dejó de ser solo una fortaleza para convertirse en un fastuoso palacio mudéjar, hogar de la Corte de los Prodigios. Bajo el mando de personajes como el infante don Juan Manuel (autor de El Conde Lucanor), el condestable Álvaro de Luna y los marqueses de Villena, Escalona vivió una edad de oro marcada por el lujo, la intriga y el poder. Aunque sufrió daños durante la Guerra de la Independencia y permaneció en manos privadas durante siglos, el castillo ha sido adquirido recientemente por el Ayuntamiento, que planea abrirlo al público y transformarlo en un complejo turístico con alojamientos y espacios para eventos, prometiendo un nuevo capítulo en su milenaria historia.
Un paseo por el exterior del castillo permite descubrir los seis mecanismos que lo hicieron inexpugnable: su posición elevada, las torres albarranas, el foso, el puente levadizo, los pasadizos subterráneos y su control del Camino Real. Aunque el interior no siempre está accesible, las vistas desde los miradores y los senderos cercanos al río ofrecen una perspectiva única de su grandeza. Además, las cigüeñas que anidan en sus muros y en la Torre del Agua añaden un toque de vida a este monumento histórico.
Un casco histórico lleno de historias y literatura
Más allá del castillo y los miradores, el casco histórico de Escalona, protegido por una muralla que conserva el 70% de su trazado original, es un tesoro en sí mismo. Sus calles estrechas, diseñadas en la Edad Media, conducen a la Plaza Mayor, donde se encuentra la Casa del Concejo, un edificio del siglo XV con un soportal de columnas octogonales provenientes del castillo. Esta plaza es famosa por ser el escenario donde el Lazarillo de Tormes engañó a su amo ciego, haciendo que se golpeara contra una columna, un episodio que los visitantes recrean con el “rito del Cabezazo” para liberarse de sus propios “demonios”.
Escalona tiene una relación especial con la literatura. Además de El Lazarillo de Tormes, fue cuna de don Juan Manuel y su Conde Lucanor. A lo largo del casco histórico, diez paneles con fragmentos literarios invitan a recorrer sus calles mientras se descubren textos de autores ligados a la villa, convirtiendo el paseo en una experiencia cultural única.
El río Alberche: un prodigio natural
El río Alberche, que abraza Escalona, es mucho más que un marco escénico. Nacido en la Sierra de Gredos, su curso cambia de dirección en un fenómeno geológico conocido como “codo de captura”, creando un paisaje singular. En verano, la “Playa de Escalona” atrae a bañistas que disfrutan de sus aguas cristalinas y sus arenales, mientras que el merendero junto al río es ideal para un picnic con vistas al castillo. Los senderos de la orilla izquierda, como el Camino Real de Castilla, invitan a caminatas tranquilas donde se pueden observar aves y la vegetación de ribera. La Charca Oscura, un tramo del río que refleja el entorno con colores cambiantes, es un lugar mágico para los amantes de la fotografía y la naturaleza.
Consejos prácticos para tu visita
- Cómo llegar: Escalona está a 50 km de Toledo, 80 km de Madrid y 80 km de Ávila, accesible por la N-403 o la A-5 (salida Maqueda). Hay aparcamiento en la Plaza de Santa María, cerca de los Miradores del Alberche.
- Oficina de Turismo: En la Torre del Agua (Miradores del Alberche), abierta de miércoles a sábado (9:30-14:00 y 16:30-19:30) y domingos (9:30-14:30). Ofrece planos, guías y el “Mapa del Tiempo” sobre la Corte de los Prodigios.
- Qué hacer: Dedica una mañana a los miradores, el castillo y el casco histórico. Por la tarde, explora el río o disfruta de un baño en verano. No te pierdas los murales de arte urbano y los paneles literarios.
- Dónde comer: Aunque Escalona tiene opciones limitadas, el merendero junto al río es perfecto para un picnic. En Torrijos, a 20 km, encontrarás restaurantes como La Calesa, con cocina castellana.
- Eventos: Las fiestas de la Virgen de la Asunción y San Roque (15-16 de agosto) y las jornadas medievales “Escalona, la Corte de los Prodigios” son momentos ideales para visitar.
Escalona es mucho más que un pueblo bonito; es un lugar donde la historia cobra vida, la naturaleza inspira y la literatura susurra en cada rincón. Los Miradores del Alberche te invitan a contemplar su alma, el Castillo de Escalona te transporta a una era de prodigios, y el río Alberche te envuelve en su calma. Ya sea que busques historia, tranquilidad o un baño refrescante, Escalona te espera con los brazos abiertos para que descubras sus secretos. ¡Cálzate unas botas de paseo y ven a vivir la magia de este rincón toledano
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