Casto Méndez Nuñez
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Almirante Casto Méndez Núñez (1824-1869) |
Casto Méndez Nuñez, nacido el 1 de julio de 1824 en Vigo y fallecido el 21 de agosto de 1869 en Pontevedra, es recordado como uno de los más destacados marinos y militares de la Real Armada Española. Su carrera estuvo marcada por valentía, destreza en el combate y una serie de acciones decisivas en conflictos internacionales, que han quedado plasmados en episodios históricos como el bombardeo de Valparaíso y el combate del Callao. A continuación, se ofrece una reseña biográfica completa de su vida y obra.
Orbitó por todos los mares conocidos y más. En un contencioso entre argentinos y uruguayos echó mano de sus dotes diplomáticas. En Guinea incautó a unos mequetrefes la rapiña con la que habían despojado a unos desgraciados marinos locales devolviendo íntegramente el botín a las atribuladas víctimas.
Orígenes y formación
Casto Méndez Nuñez nació en una familia de larga tradición militar en Galicia, lo cual facilitó su inserción en el mundo naval desde una edad temprana. Ingresó en la Armada a través de un sistema riguroso de exámenes y formación, destacándose por su disciplina y aptitudes para la navegación en un contexto en el que el entorno marítimo definía la grandeza de España.
Desde sus primeros años, Méndez Nuñez recibió una sólida formación en academias navales, participando en prácticas y primeros viajes que lo llevaron a recorrer rutas esenciales para el imperio español. En 1840, ya se encontraba en el servicio activo como guardiamarina, demostrando un notable compromiso y capacidad para el manejo de situaciones adversas en el mar.
Durante la década de 1840, Méndez Nuñez fue ascendiendo rápidamente gracias a su rendimiento y a la confianza depositada en él por sus superiores. Participó en múltiples viajes y misiones en el Atlántico y en áreas estratégicas del imperio español, consolidando su experiencia operativa y ganándose un lugar destacado dentro de la flota nacional.
Uno de los hitos de su carrera fue su participación en expediciones a territorios de ultramar, donde se destacó no solo en el manejo de buques, sino también en la administración de crisis y enfrentamientos. Estas misiones le permitieron desarrollar una sólida reputación y una experiencia que posteriormente sería decisiva en conflictos mayores.
La Guerra del Pacífico
Infatigable ante la adversidad, aterrizó un buen día en los pagos de Filipinas. Aquello fue el principio del acabóse para las mesnadas de piratas y forajidos locales que vivían en un agosto permanente.
Durante la segunda mitad de la década de 1860, España se vio envuelta en conflictos internacionales que la llevaron a defender sus intereses en el Pacífico. La Guerra del Pacífico, que enfrentó a España con potencias emergentes en la región, fue el escenario en el que Méndez Nuñez se destacó notablemente.
Joló y Mindanao están situadas al sur-sureste de la miríada de islas que configuran el archipiélago filipino, determinando el apéndice de un atomizado conglomerado de islas que se orienta hacia Malasia. Los piratas que operaban en esta área eran de una ferocidad legendaria (ya Emilio Salgari lo mentaba en sus entretenidas novelas). Procedentes de esa enorme isla colindante, estos elementos con turbante, castigadas dentaduras por las secuelas del tabaco masticado y armamento de baratillo, no cejaban de hostigar los intereses españoles.
Méndez Núñez, un excelente matemático y conocedor de la náutica en sus lecturas más profundas, a la sazón comandante jefe de la división, decidió acabar con su principal reducto en Palagulan, en apariencia, una fortaleza literalmente inexpugnable.
Pero Méndez Núñez no estaba solo. El más tarde trágico héroe de la desigual batalla de Santiago de Cuba, el Almirante Cervera junto con un potente contingente de infantería estacionada en Mindanao y bajo la dirección del coronel Ferrater, horquillaron el tiro de la artillería de la prácticamente recién salida nave del astillero evitando que el buque se cruzara con la orientación del oleaje y así, facilitar el tiro.
Era el 26 de junio del año 1861 y la entrenada tripulación de la fragata Constancia apoyada de otras dos cañoneras, disparaban a placer contra aquella imponente fortaleza sin que la artillería defensora generara problemas serios a los españoles por su escaso alcance. Cerca de medio millar de los subidos guerreros de tez cetrina, perderían la vida en el ataque siendo capturados varios centenares de prisioneros. En una de las islas de Joló, el mando español los dejaría aislados del mundo. Por cortesía se les permitiría llevar sus dagas.
"La reputación que se había labrado era tal, que el Almirantazgo le concedería el mando de la polémica fragata blindada Numancia"
Todos los mandos serían ascendidos por méritos de guerra tras la decisiva intervención de la tropa de Ferrater que, al asalto, darían un escarmiento antológico a aquellos pirados. El año anterior habían causado estragos sin cuento en el atribulado archipiélago que los consideraba una plaga bíblica. Eran especialistas en no dejar títere con cabeza, pero habían tropezado con la horma de su zapato. Se calcula que durante los años posteriores la amenaza quedó absolutamente conjurada.
La reputación que se había labrado era tal, que el Almirantazgo le concedería el mando de la polémica fragata blindada Numancia, una nave cuyas características tácticas y técnicas, así como su blindaje excesivo en zonas determinadas de la obra muerta y frágil en otras, generaba dudas sobre su presunta solvencia en combate. Con una dotación muy seleccionada y finalizadas las pruebas de mar y tiro previas, el buque se prestó para realizar la singladura más dura en la carrera militar de aquellos entrenados marinos.
El combate del Callao
Algo más tarde de estos hechos, hacia el 14 de abril, los barcos españoles se dirigirían hacia el Puerto del Callao. Este lugar estaba extraordinariamente defendido por una imponente fortaleza artillada hasta los dientes y con cañones de gran calibre. Durante cinco horas ininterrumpidas un infierno de fuego arrasaría la fortaleza no sin por ello, causar serias perdidas en la flota peninsular. Tras hacer una exhibición de músculo, por fin llegaría un diez de mayo la orden de arriar testosterona.
Una de las acciones más recordadas de su carrera es el bombardeo de la ciudad de Valparaíso el 31 de marzo de 1866. Esta audaz maniobra se llevó a cabo en un contexto de tensiones diplomáticas y militares, en la que Méndez Nuñez asumió riesgos considerables para sostener la posición española en el Pacífico. Su posterior participación en el ataque a las fortificaciones del puerto del Callao reafirmó su capacidad para liderar operaciones navales en situaciones de alta complejidad. Estas acciones, en las que combinó tácticas innovadoras y un liderazgo férreo, le valieron reconocimiento inmediato y la consolidación de su estatus de héroe naval.
Méndez Núñez cayó herido durante el bombardeo a los fuertes de El CallaoLegado
La obra de Casto Méndez Nuñez no se reduce únicamente a sus hazañas en el combate. Su capacidad para adaptar maniobras y estrategias a las condiciones propias del combate en alta mar lo convirtió en un referente de la modernización militar. Sus decisiones tácticas en medio del conflicto han sido objeto de estudio en academias navales y en análisis históricos, resaltando su aporte a la evolución de la guerra naval en el siglo XIX.
A lo largo de su carrera, Méndez Nuñez recibió numerosos honores y distinciones, entre ellos la Gran Cruz de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III, que simbolizan el elevado reconocimiento que la Corona le otorgó por sus servicios. Su figura se ha perpetuado en monumentos, placas conmemorativas y en la tradición histórica de la Armada Española, sirviendo de inspiración para futuras generaciones de marinos.
La muerte de Méndez Núñez conmocionó a las gentes sencillas y al estamento militar por supuesto, desencadenado una ola de solidaridad entre el pueblo español y los uniformados. La consternación subsiguiente generó una sentida pesadumbre entre las gentes de a pie; era un hombre sencillo, honesto y muy querido a nivel nacional. Su muerte privó al país de una parte de la grandeza lograda por este hijo del mar.
En el puerto de Vigo se encontraba en el momento del óbito, fondeada una escuadra inglesa en visita de cortesía; al mando de la misma estaba el almirante Mc. Dowell con seis acorazados de línea. Ellos, los ingleses, formados en impecable orden, desde las cubiertas de aquellas naves descargaron una salva de fusilería y otra de artillería honrando a un hombre infrecuente, a un marino excepcional.
La vida y la obra de Casto Méndez Nuñez encarnan los valores del compromiso, la valentía y la estrategia en un periodo crucial de la historia naval española. Su participación en conflictos como el bombardeo de Valparaíso y el combate del Callao marcó un antes y un después, no solo en su trayectoria personal, sino también en la forma en que se gestionaron las acciones militares en el ámbito internacional. Hoy, su legado continúa siendo estudiado y admirado, reafirmando su posición en el pantéon de los grandes héroes de la Armada Española.
Para saber más:
Casto Méndez Nuñez - Wikipedia.
Biografías y Vidas: Casto Méndez Nuñez.
TodoAvante: Mendez Nuñez, Casto Biografía.
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