NUTRICIÓN, ultraprocesados, alimentación, sobrepeso
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| Un plato de espaguetis a la boloñesa caseros ayudó a perder casi el doble de peso que quienes comían platos preparados, incluso con los mismos nutrientes. Imagen: Shutterstock |
Un estudio dirigido por la UCL descubrió que las personas que comían alimentos mínimamente procesados perdieron casi el doble de peso que quienes seguían dietas ultraprocesadas, incluso cuando las calorías y los nutrientes estaban equilibrados
07 agosto 2025.- Un equipo de investigadores liderado por University College London (UCL) ha arrojado nueva luz sobre el impacto del procesamiento de los alimentos en la pérdida de peso y la salud metabólica.
En el estudio más largo y riguroso hasta la fecha sobre dietas ultraprocesadas (UPF) frente a mínimamente procesadas (MPF), los resultados fueron contundentes: las personas que siguieron una dieta basada en alimentos mínimamente procesados perdieron casi el doble de peso que aquellas que consumieron alimentos ultraprocesados, a pesar de que ambas dietas estaban equilibradas en calorías y nutrientes.
Diseño del estudio
Participantes: 55 adultos con sobrepeso u obesidad en Inglaterra.
Duración: Dos fases de 8 semanas, con una dieta MPF y otra UPF, separadas por un período de “lavado” de 4 semanas.
Condiciones: Las dietas seguían las recomendaciones del Eatwell Guide del Reino Unido y eran nutricionalmente equivalentes.
Método: Los participantes recibían alimentos en casa y podían comer libremente, sin restricciones de cantidad.
Resultados clave
La pérdida de peso fue significativamente mayor en la dieta MPF.
La composición corporal mejoró más con MPF: reducción de grasa y agua corporal, sin pérdida de masa muscular.
Ambos grupos experimentaron efectos gastrointestinales leves, pero tolerables.
¿Qué cuenta más: los nutrientes o el procesamiento?
Este estudio desafía la noción tradicional de que “una caloría es una caloría”. Aunque las dietas estaban igualadas en macronutrientes, el grado de procesamiento de los alimentos tuvo un impacto directo en el apetito, la saciedad y el metabolismo.
Los alimentos ultraprocesados, como barritas de desayuno o lasañas precocinadas, parecen fomentar un mayor consumo energético y menor saciedad, mientras que los alimentos mínimamente procesados, como avena casera o espaguetis boloñesa hechos en casa, promueven una regulación más natural del apetito.
Estudios que apoyan los efectos negativos de los ultraprocesados
1. Estudio de Kevin Hall (NIH, 2019)
Ensayo clínico controlado en EE.UU. que comparó dietas ultraprocesadas y mínimamente procesadas igualadas por calorías y nutrientes.
Resultado: los participantes consumieron aproximadamente 500 kcal más al día con la dieta ultraprocesada y ganaron peso.
Conclusión: los UPF alteran la regulación natural del apetito y fomentan el sobreconsumo.
2. Estudio de UCL y UCLH (2025)
El ensayo más largo y riguroso hasta la fecha sobre este tema.
Resultado: los participantes perdieron el doble de peso con una dieta mínimamente procesada, incluso sin restricciones calóricas.
Se observó una mejora en la composición corporal y marcadores cardiometabólicos
3. Informe de RTVE y Ecoticias (2025)
Confirman que las dietas basadas en UPF son menos eficaces para perder peso y reducir riesgos cardiometabólicos, incluso si cumplen con las guías nutricionales oficiales.
El grado de procesamiento influye más que la composición nutricional en la respuesta metabólica del cuerpo.
¿Por qué los ultraprocesados afectan tanto?
Están diseñados para ser hiperpalatables, lo que estimula el apetito de forma artificial.
Suelen contener aditivos, azúcares libres, almidones refinados y grasas de baja calidad.
Tienen baja saciedad y alta densidad calórica, lo que dificulta el control del consumo.
Implicaciones para la salud pública
Con más del 50% de la ingesta energética en países industrializados proveniente de UPF, y con tasas crecientes de obesidad, este estudio refuerza los llamados a revisar las guías alimentarias para incluir el grado de procesamiento como un factor clave. Países como Brasil ya han incorporado esta dimensión en sus recomendaciones nutricionales, y organizaciones como la OMS instan a reducir el consumo de UPF.
Este estudio no solo cambia la forma en que entendemos la nutrición, sino que también plantea una pregunta urgente: ¿deberíamos empezar a contar menos calorías y observar más cómo están hechos nuestros alimentos?
Referencia: “Ultraprocessed or minimally processed diets following healthy dietary guidelines on weight and cardiometabolic health: a randomized, crossover trial” by Samuel J. Dicken, Friedrich C. Jassil, Adrian Brown, Monika Kalis, Chloe Stanley, Chaniqua Ranson, Tapiwa Ruwona, Sulmaaz Qamar, Caroline Buck, Ritwika Mallik, Nausheen Hamid, Jonathan M. Bird, Alanna Brown, Benjamin Norton, Claudia A. M. Gandini Wheeler-Kingshott, Mark Hamer, Chris van Tulleken, Kevin D. Hall, Abigail Fisher, Janine Makaronidis and Rachel L. Batterham, 4 August 2025, Nature Medicine. DOI: 10.1038/s41591-025-03842-0


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