COP30, cambio climático
La COP30 de Belém (Brasil) cierra con un sabor agridulce: logra un pacto financiero histórico de 1,3 billones de dólares y blinda la protección de la Amazonía, pero fracasa estrepitosamente al eliminar la hoja de ruta para el fin de los combustibles fósiles.
Un acuerdo de mínimos que salva la diplomacia internacional tras la salida de EE.UU., pero que se queda corto ante la urgencia climática real
24 noviembre 2025.- No es raro que las conferencias climáticas de la ONU estén saturadas de duras negociaciones muy disputadas. Pero el final de la COP30 se sintió más que nunca como una lucha por la supervivencia — con resultados dispares.
El texto final de consenso decepcionó a algunos países: habían presionado con fuerza por un lenguaje que comprometiera a los firmantes a desarrollar una hoja de ruta para detener la quema de combustibles fósiles, pero estados petroleros como Arabia Saudí se opusieron. En cambio, solo hubo una referencia indirecta al acuerdo COP28, el primero en señalar realmente los combustibles fósiles por su nombre. Un plan para proteger sumideros de carbono forestales vitales tampoco logró llegar al acuerdo final.
Pero no todo estaba perdido. Brasil lanzó un fondo de inversión multimillonario, la Instalación Tropical Forest Forever, que tendrá como objetivo pagar a los países para que mantengan los árboles en pie. El país también ayudará a convocar debates fuera del proceso COP para intentar lograr hojas de ruta que pongan fin a la deforestación y eliminen progresivamente los combustibles fósiles.
El acuerdo de la COP30 prevé financiación para la adaptación al menos triple. Este dinero procede de países ricos, que en su mayoría han cosechado los beneficios de las emisiones de carbono, hacia países vulnerables, que están experimentando muchos de los resultados perjudiciales.
Y el acuerdo establece un 'mecanismo de transición justa' que tiene como objetivo garantizar que la transformación del sistema energético no pisotee los derechos de las personas.
Con la reunión transcurriendo sin una delegación de Estados Unidos y China rechazando en su mayoría asumir un papel de liderazgo, algunos se sienten aliviados solo de ver sobrevivir el multilateralismo.
"Estamos viviendo tiempos geopolíticos complicados", dijo el comisario europeo de Clima, Wopke Hoekstra. "Así que hay valor en sí mismo, valor intrínseco, por difícil que sea, buscar unirse."
Resumen de los principales acuerdos (COP30 - Belém)
La cumbre, celebrada en el corazón de la Amazonía bajo la presidencia de Brasil, se ha cerrado con un documento que muchos analistas califican de "mínimos" y "de supervivencia" del multilateralismo.
Financiación climática (NCQG):
Se ha fijado un nuevo objetivo colectivo cuantificado (NCQG, por sus siglas en inglés) para movilizar 1,3 billones de dólares anuales para 2035.
Este monto incluye fondos públicos y privados. La exigencia específica a los países desarrollados es mantener un suelo de 300.000 millones de dólares anuales en ayudas directas a países emergentes, una cifra que triplica los compromisos anteriores pero queda lejos de las demandas del Sur Global.
Combustibles fósiles (El gran retroceso):
El acuerdo final no incluye una hoja de ruta explícita para la eliminación (ni siquiera la "transición gradual" mencionada en la COP28 de Dubái) de los combustibles fósiles.
El texto se centra en "acelerar la acción" y triplicar renovables, pero la oposición de países productores y la nueva coyuntura geopolítica (con la retirada de EE. UU. del Acuerdo de París) bloquearon un lenguaje más ambicioso.
Bosques y uso de la tierra (Misión Belém):
Se ha acordado la meta firme de detener y revertir la deforestación para 2030.
Brasil logró lanzar un fondo de nueva generación para la protección de bosques tropicales, posicionando la conservación de la biodiversidad como un pilar central de la acción climática.
Adaptación:
Compromiso de duplicar la financiación para adaptación en 2025 y triplicarla para 2035, reconociendo que los impactos ya son inevitables.
Análisis: ¿Es esto acción climática creíble?
Si analizamos los acuerdos bajo la lupa de la ciencia (IPCC) y la viabilidad económica, la conclusión es que la COP30 ha salvado la diplomacia, pero ha sacrificado la ambición científica.
1. La desconexión fósil (credibilidad: Baja)
La falta de mención a los combustibles fósiles hace que el acuerdo sea científicamente incoherente. No es creíble pretender limitar el calentamiento a 1,5 °C (una meta que el documento reafirma retóricamente) sin un plan para reducir la fuente del 80% de las emisiones.
El problema: Al eliminar el lenguaje de "transition away" (transición para dejar atrás) de Dubái, la COP30 ha enviado una señal de mercado confusa: se puede seguir invirtiendo en petróleo y gas mientras se plantan árboles.
2. La trampa de la financiación (credibilidad: Media-Baja)
La cifra de 1,3 billones de dólares suena impresionante, pero el diablo está en los detalles.
"Movilización" vs. Dinero real: Al depender en gran medida del sector privado y de préstamos (en lugar de subvenciones a fondo perdido), se corre el riesgo de endeudar aún más a los países vulnerables. No hay un mecanismo vinculante que garantice que ese dinero llegará realmente a quienes lo necesitan para adaptación.
3. El refugio en los bosques (credibilidad: Alta en intención, incierta en ejecución)
El enfoque en la deforestación es la victoria lógica de una cumbre en Brasil. Es una medida necesaria y positiva, pero insuficiente por sí sola.
El riesgo: Existe la tentación de usar la protección de bosques como un esquema de compensación (offsetting) masivo que permita a los países industrializados seguir emitiendo CO2. Si los bosques se usan para "limpiar" emisiones fósiles en lugar de sumar reducciones, la acción climática es nula.
4. Resiliencia Geopolítica (El factor oculto)
El mayor logro de la COP30 no es climático, sino político. Lograr un acuerdo de consenso (aunque sea débil) en 2025, con una potencia clave como EE. UU. fuera del tablero y boicoteando el proceso, demuestra que el resto del mundo ha decidido continuar con la agenda climática, aunque sea a una velocidad insuficiente.
Conclusión
La COP30 de Belém será recordada como la cumbre que evitó el colapso del Acuerdo de París pero falló en corregir el rumbo del planeta. En términos de acción climática creíble, el resultado es insuficiente: hemos cambiado la urgencia de "apagar el fuego" (eliminar fósiles) por la promesa de "plantar más árboles" mientras la casa sigue ardiendo.


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