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Neoliberalism and Race. Lars Cornelissen
02 diciembre 2025.- El argumento de Lars Cornelissen en su reciente libro Neoliberalism and Race (Stanford University Press, 2025) es una provocación intelectual necesaria: sugiere que no estamos ante un "regreso" del racismo en la era moderna, sino ante su reconfiguración.
Para Cornelissen, la narrativa convencional —que el neoliberalismo es "ciego al color" y que el mercado es una fuerza neutral que disuelve los prejuicios— es falsa. En su lugar, propone que el pensamiento neoliberal es "constitutivamente racializado".
Aquí presento un análisis detallado de cómo, según Cornelissen, el racismo cambió de forma para sobrevivir dentro del orden neoliberal.
La metamorfosis: de la biología a la "capacidad de mercado"
El racismo clásico (siglos XIX y principios del XX) se basaba en la jerarquía biológica explícita y la eugenesia. Cornelissen argumenta que, tras la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, esta forma de racismo se volvió políticamente insostenible.
Los pensadores neoliberales (como Hayek, Mises o posteriormente Sowell) no eliminaron la raza de su pensamiento; la recodificaron.
La nueva forma: El racismo dejó de tratarse de "genes inferiores" y pasó a tratarse de "culturas inferiores" o "hábitos improductivos".
El mecanismo: Se sustituyó la raza por la competencia de mercado. Si un grupo racializado (como los afroamericanos en EE. UU. o los inmigrantes postcoloniales en Europa) permanece en la pobreza, el neoliberalismo ya no culpa a su biología, sino a su supuesta "incapacidad cultural" para adaptarse a las disciplinas del mercado (ahorro, puntualidad, emprendimiento).
El mercado como "blanqueador" de la desigualdad
Este es quizás el punto más fuerte del análisis de Cornelissen. El neoliberalismo utiliza la supuesta neutralidad del mercado para "lavar" la historia racial.
El argumento neoliberal: El mercado es ciego; solo le importa el precio y la eficiencia. Por tanto, el mercado es el mayor agente antirracista posible.
La crítica de Cornelissen: Esta visión ignora deliberadamente la acumulación histórica. Si lanzas al mercado "libre" a poblaciones que fueron históricamente saqueadas o esclavizadas sin reparación previa, el mercado reproducirá y amplificará esa desigualdad, pero ahora bajo la etiqueta de "resultados económicos justos".
Resultado: El racismo se vuelve invisible. La desigualdad racial ya no parece el resultado de leyes racistas (Jim Crow, Apartheid), sino el resultado "natural" de decisiones individuales en un mercado libre.
La "madurez civilizatoria" y el Neocolonialismo
Cornelissen rastrea cómo los primeros neoliberales trabajaron estrechamente con las administraciones coloniales. Su preocupación no era la libertad universal, sino la protección de la propiedad y el comercio global.
El argumento aquí es que la democracia y la autodeterminación se reservaban para aquellos con "madurez civilizatoria" (es decir, occidente/blancos).
Para el resto ("el sur global"), el neoliberalismo prescribió disciplina externa, tecnocracia y tutela económica, bajo la premisa racista de que estas poblaciones no estaban "listas" para la libertad democrática, solo para la libertad de mercado impuesta.
La ceguera al color como herramienta de opresión
El libro analiza cómo el concepto de colorblindness (ceguera al color) se convirtió en un arma. Al declarar que "la raza no existe" para el Estado, el neoliberalismo desmantela activamente las herramientas necesarias para combatir el racismo estructural (como la acción afirmativa).
Al negar la raza como categoría política, se niega la realidad del racismo. Paradójicamente, negar la raza permite que el racismo persista sin oposición.
El argumento de Cornelissen es crucial porque explica la paradoja actual: vivimos en sociedades que condenan legal y moralmente el racismo explícito, y sin embargo, las jerarquías raciales se mantienen casi intactas.
Al cambiar de forma, el racismo se volvió más resistente. Ya no necesita leyes segregacionistas; le basta con un mercado desregulado y una narrativa que culpa a los perdedores de su propia marginación bajo el disfraz de la "cultura" y el "mérito".

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