neurotecnología, IA, inteligencia artificial
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Los contenidos generados por inteligencia artificial difuminan la línea entre la autoría humana y la mecánica, lo que plantea cuestiones éticas sobre la autoría, la originalidad y la responsabilidad. |
17 enero 2025.- La reciente decisión de Mark Zuckerberg de eliminar a los verificadores de datos de las plataformas Meta (entre ellas Facebook, Instagram y Threads) ha provocado un acalorado debate . Los críticos sostienen que puede socavar los esfuerzos para combatir la desinformación y mantener la credibilidad en las plataformas de redes sociales.
Sin embargo, aunque se presta mucha atención a esta medida, se avecina un desafío mucho más profundo. El auge de la inteligencia artificial (IA) que procesa y genera un lenguaje similar al humano, así como la tecnología que apunta a leer el cerebro humano , tiene el potencial de transformar no solo el discurso en línea, sino también nuestra comprensión fundamental de la verdad y la comunicación.
Tecnologías emergentes inspiradas en la cognición humana, tales como las redes neuronales, imitan la forma en que el cerebro procesa el lenguaje. Esta intersección entre la IA y la neurotecnología resalta el potencial tanto para comprender como para explotar el pensamiento humano.
La neurotecnología es una herramienta que lee el cerebro e interactúa con él. Su objetivo es comprender cómo pensamos. Al igual que la IA, amplía los límites de lo que pueden hacer las máquinas. Los dos campos se superponen de manera importante.
Por ejemplo, REMspace, una empresa emergente de California, está desarrollando una herramienta que registra los sueños. Mediante una interfaz cerebro-computadora, permite a las personas comunicarse a través de sueños lúcidos. Si bien esto suena emocionante, también plantea preguntas sobre la privacidad mental y el control sobre nuestros propios pensamientos.
Mientras tanto, las inversiones de Meta en neurotecnología junto con sus proyectos de inteligencia artificial también son preocupantes. Varias otras empresas globales también están explorando la neurotecnología . Pero ¿cómo se utilizarán los datos de la actividad cerebral o los patrones lingüísticos? ¿Y qué salvaguardas evitarán el uso indebido?
Si los sistemas de inteligencia artificial pueden predecir o simular los pensamientos humanos a través del lenguaje, la frontera entre la comunicación externa y la cognición interna comienza a desdibujarse. Estos avances podrían erosionar la confianza, exponer a las personas a la explotación y reconfigurar la forma en que pensamos sobre la comunicación y la privacidad.
Las investigaciones también sugieren que si bien este tipo de tecnología podría mejorar el aprendizaje, también puede sofocar la creatividad y la autodisciplina, particularmente en los niños.
La decisión de Meta de eliminar a los verificadores de datos merece un análisis minucioso, pero es solo una parte de un desafío mucho mayor. La inteligencia artificial y la neurotecnología nos obligan a repensar cómo usamos el lenguaje, expresamos nuestros pensamientos e incluso entendemos el mundo que nos rodea. ¿Cómo podemos garantizar que estas herramientas estén al servicio de la humanidad en lugar de explotarla?
La falta de normas para gestionar estas herramientas es alarmante. Para proteger los derechos humanos fundamentales, necesitamos una legislación sólida y la cooperación entre diferentes industrias y gobiernos. Lograr este equilibrio es crucial. El futuro de la verdad y la confianza en la comunicación depende de nuestra capacidad para afrontar estos desafíos con vigilancia y previsión.
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