LA TRIBUNA. No está demostrado que la reducción de la jornada laboral traiga más empleo y mejore la economía

La Tribuna, laboral, Crónica del Henares

 

Desmarcándose nuevamente del Ejecutivo, la ministra de Trabajo ha anunciado que el martes 29 de abril el Consejo de Ministros aprobará en una segunda vuelta la reducción de la jornada laboral.

26 abril 2025.- Para razonar objetivamente sobre si la reducción de la jornada laboral tiene un efecto beneficioso para la economía de un país, es necesario analizar los posibles beneficios y desventajas, considerando evidencia empírica y teoría económica. A continuación, se presenta un análisis estructurado, seguido de una evaluación de los sectores más afectados.

Beneficios potenciales de la reducción de la jornada laboral

1. Aumento de la productividad por hora: Estudios, como los realizados en Japón por Microsoft en 2019 o en Islandia entre 2015 y 2019, muestran que reducir las horas de trabajo (por ejemplo, a 4 días semanales o 35 horas) puede incrementar la productividad por hora. Los trabajadores, al tener menos tiempo, tienden a optimizar tareas, reducir distracciones y mejorar la eficiencia. Esto puede traducirse en un mayor output por unidad de tiempo, beneficiando a la economía.
2. Mejora del bienestar y reducción del estrés: Una jornada laboral más corta puede disminuir el agotamiento (burnout) y mejorar la salud mental, lo que reduce el absentismo y los costos asociados a bajas laborales. Por ejemplo, un informe de la OMS estima que el estrés laboral cuesta miles de millones de dólares anuales a las economías globales. Trabajadores más saludables y motivados pueden contribuir a un crecimiento económico sostenible.
3. Atracción y retención de talento: Empresas con jornadas reducidas pueden ser más atractivas, especialmente en sectores competitivos como tecnología o servicios profesionales. Esto puede reducir la rotación de empleados, ahorrando costos de contratación y formación.
4. Estímulo al consumo: Al tener más tiempo libre, los trabajadores podrían gastar más en ocio, turismo o bienes de consumo, lo que impulsaría sectores como la hostelería, el comercio minorista y el entretenimiento. Este efecto, sin embargo, depende del mantenimiento de los ingresos.
5. Fomento de la igualdad de género: Una jornada más corta puede facilitar la conciliación familiar, especialmente para mujeres, lo que podría aumentar la participación femenina en el mercado laboral, un factor positivo para el crecimiento del PIB.

Desventajas y riesgos para la economía

1. Reducción de la producción total: Si la reducción de horas no se compensa con un aumento proporcional de la productividad, la producción agregada podría disminuir, especialmente en sectores intensivos en mano de obra. Esto podría impactar negativamente el PIB, particularmente en economías dependientes de industrias tradicionales.
2. Incremento de costes para las empresas: Las empresas podrían enfrentar mayores costos si necesitan contratar más trabajadores para mantener la producción o pagar horas extras. Esto es especialmente relevante en sectores con márgenes bajos, como el comercio minorista o la hostelería.
3. Desigualdad entre sectores: No todos los sectores pueden implementar una jornada reducida sin afectar su operatividad. Por ejemplo, servicios esenciales como la salud o la seguridad pública requieren cobertura constante, lo que podría generar tensiones o inequidades.
4. Impacto en los salarios: Si las empresas reducen los salarios proporcionalmente a las horas trabajadas, el poder adquisitivo de los trabajadores podría caer, afectando el consumo y, por ende, el crecimiento económico. Este riesgo es mayor en economías con alta inflación o mercados laborales precarios.
5. Resistencia cultural y organizativa: En algunos países, la cultura laboral valora las jornadas largas como signo de compromiso. Una transición abrupta podría generar conflictos laborales o dificultades para implementar cambios en las dinámicas de trabajo.

Evidencia empírica

• Islandia: Ensayos entre 2015 y 2019 con jornadas de 35-36 horas semanales en el sector público mostraron un aumento de la productividad y una mejora en el bienestar de los empleados, sin un impacto negativo significativo en la economía.
• Japón: El experimento de Microsoft con una semana laboral de 4 días resultó en un aumento del 40% en la productividad por hora, aunque en un contexto específico (sector tecnológico).
• Francia: La implementación de la semana de 35 horas en 2000 tuvo resultados mixtos. Aunque mejoró el bienestar, algunos estudios sugieren que aumentó los costes laborales y tuvo un impacto limitado en el empleo.
• España: Un ensayo piloto en 2021 con 200 empresas mostró mejoras en la productividad y satisfacción, pero los resultados no son concluyentes para toda la economía debido a la escala limitada.

Sectores más perjudicados y razones

Los sectores más afectados por una reducción de la jornada laboral suelen ser aquellos con alta dependencia de horas trabajadas, márgenes estrechos o necesidad de continuidad operativa. A continuación, se detallan los principales:

1. Industria manufacturera:
   • Razones: Este sector depende de procesos continuos y producción en cadena. Reducir horas puede disminuir el volumen de producción si no se implementan tecnologías de automatización. Además, los costes de contratar personal adicional o pagar horas extras pueden ser prohibitivos para empresas con márgenes ajustados.
   • Ejemplo: Fábricas de automóviles o textiles, donde la producción por turnos es crítica.
2. Comercio minorista y hostelería:
   • Razones: Estos sectores operan con horarios extendidos y picos de demanda (por ejemplo, fines de semana o temporadas altas). Una reducción de horas podría requerir más empleados, aumentando los costos laborales. Además, la productividad por hora es difícil de incrementar en trabajos que dependen de la interacción directa con clientes.
   • Ejemplo: Restaurantes, bares o supermercados, donde la cobertura horaria es esencial.
3. Sector salud y servicios esenciales:
   • Razones: Hospitales, servicios de emergencia y seguridad pública requieren disponibilidad 24/7. Reducir jornadas sin un aumento significativo en la plantilla podría comprometer la calidad del servicio o generar sobrecarga en el personal existente.
   • Ejemplo: Enfermería o policía, donde la continuidad es crítica.
4. Transporte y logística:
   • Razones: La entrega de bienes y el transporte de pasajeros dependen de horarios estrictos. Reducir horas podría generar retrasos, aumentar costos operativos o requerir una reestructuración logística compleja.
   • Ejemplo: Empresas de reparto como Amazon o servicios de transporte público.
5. Construcción:
   • Razones: Los proyectos de construcción tienen plazos ajustados y dependen de la disponibilidad de mano de obra. Una jornada más corta podría alargar los tiempos de entrega, aumentando costos y afectando la competitividad.
   • Ejemplo: Obras de infraestructura pública o privada.

Sectores menos perjudicados o beneficiados

Por otro lado, sectores intensivos en conocimiento o con alta flexibilidad operativa, como tecnología, servicios profesionales (abogacía, consultoría) o educación, tienden a adaptarse mejor a la reducción de la jornada laboral. Esto se debe a que la productividad en estos sectores depende más de la calidad del trabajo que de las horas invertidas, y la tecnología permite optimizar procesos.

Conclusión

La reducción de la jornada laboral puede tener un efecto beneficioso para la economía si se implementa cuidadosamente, con medidas que compensen posibles pérdidas de producción, como la inversión en tecnología, formación o incentivos fiscales para empresas.

Los beneficios incluyen mayor productividad por hora, mejor bienestar y estímulo al consumo, pero los riesgos, como la caída en la producción o el aumento de costos, no deben subestimarse.

Los sectores más perjudicados serían la industria manufacturera, el comercio minorista, la hostelería, la salud, los servicios esenciales, el transporte y la construcción, debido a su dependencia de horas trabajadas, continuidad operativa o márgenes ajustados. Para mitigar estos impactos, las políticas deberían incluir apoyos específicos, como subsidios para contratación o incentivos para la automatización, y adaptarse a las características de cada sector.

Autor: José I. Ibarra