economía, Defensa, OTAN, España
10 octubre 2025.- La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) establece una serie de criterios para que sus países miembros contribuyan a la seguridad colectiva, siendo el más conocido el relativo al gasto en defensa en relación con el Producto Interior Bruto (PIB) de cada estado. Este objetivo es fundamental para garantizar que la Alianza cuente con las capacidades militares necesarias.
¿Cómo se computan las aportaciones al PIB de los estados miembros de la OTAN?
El criterio principal y más publicitado de las aportaciones económicas es la proporción del Gasto en Defensa con respecto al PIB nacional. No obstante, existen otros elementos clave:
Objetivo de Gasto Mínimo (2% del PIB): En la Cumbre de Gales de 2014, los aliados de la OTAN se comprometieron a destinar al menos el 2% de su PIB anual al gasto en defensa para 2024. Este porcentaje es una guía y no una obligación legal estricta, pero funciona como un indicador de compromiso.
Definición de Gasto en Defensa: Este gasto no solo incluye la compra de armamento y equipos (inversión en defensa), sino también:
Los salarios y pensiones del personal militar.
Los costes de misiones y maniobras.
La investigación y desarrollo en el ámbito militar.
Objetivo de Inversión en Equipos (20% del gasto): Dentro de ese gasto total en defensa, los aliados también se comprometieron a que al menos el 20% se destine a inversión en equipos y a I+D relacionado. Esto asegura la modernización de las fuerzas y capacidades militares.
Financiación Común (portaciones directas): Adicionalmente, la OTAN tiene un presupuesto civil y un presupuesto militar que se financian mediante contribuciones directas de los estados miembros. Estas aportaciones se calculan mediante una fórmula acordada que utiliza el PIB nacional como base para determinar la cuota de cada país. Estos presupuestos directos son mucho menores que el gasto total en defensa de cada país y cubren los costes operativos y de infraestructura conjunta de la Alianza.
Más recientemente, en cumbres como la de La Haya (junio de 2025, según las referencias), los aliados han acordado un nuevo objetivo de gasto del 5% del PIB para 2035. Este nuevo compromiso se desglosa generalmente en un 3,5% para gasto militar estricto y un 1,5% adicional para seguridad ampliada (ciberdefensa, protección de infraestructuras críticas, nuevas tecnologías).
Grado de cumplimiento de España
Tradicionalmente, España se ha situado entre los países de la OTAN con un gasto en defensa más bajo en proporción a su PIB. Sin embargo, en los últimos años, ha habido un notable incremento y un cumplimiento más rápido de los objetivos de la Alianza:
Cumplimiento del 2% del PIB: Según estimaciones recientes de la propia OTAN, se calcula que España ha alcanzado por primera vez el objetivo del 2% del PIB en gasto en defensa en el año 2025.
Este hito se logra cuatro años antes de la previsión inicial del Gobierno español, que había fijado el cumplimiento para 2029.
Este aumento representa un esfuerzo significativo, con un fuerte incremento del gasto en defensa en un corto periodo.
Retos y posición nacional:
A pesar de alcanzar el 2%, España sigue estando, junto con otros países, entre los que menor proporción del PIB destinan a este ámbito en comparación con el resto de aliados, muchos de los cuales superan ya con creces este umbral.
Ante el nuevo objetivo del 5% para 2035, España ha defendido una postura que prioriza la aportación real de capacidades militares sobre el mero cumplimiento de un umbral fijo de gasto. El Gobierno español sostiene que podrá cumplir con los requerimientos de capacidades de la OTAN con una inversión ligeramente superior al 2% (se ha mencionado un 2,1%), apoyándose en un plan industrial y tecnológico específico.
La OTAN, por su parte, ha indicado que alcanzar los nuevos y mayores requisitos de capacidades podría implicar que España necesite gastar una proporción más alta de su PIB, llegando incluso a estimaciones que rondan el 3,5% para el gasto militar estricto, aunque se acordó una revisión de las capacidades en 2029.
En resumen, España ha demostrado un compromiso acelerado para cumplir con el objetivo del 2% del PIB de la OTAN. No obstante, el nuevo y ambicioso objetivo del 5% para 2035 establece un desafío aún mayor y mantiene un debate abierto entre el compromiso de gasto de la OTAN y la estrategia nacional de inversión en defensa y seguridad.
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