baterías eléctricas, UE
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| En la actualidad, China, Japón y Corea del Sur son los productores de baterías más prolíficos del mundo, lo que convierte a Asia en la potencia mundial de las baterías para vehículos eléctricos. [ Sergii Chernov/Shutterstock.com ] |
Las baterías producidas en Europa serán las más sostenibles del mundo, según las nuevas reglas acordadas por los legisladores de la UE el pasado viernes 9 de diciembre.
12 diciembre 2022.- Además de ayudar a la UE a cumplir sus objetivos ecológicos, la regulación revisada de baterías pretende reforzar el incipiente mercado de baterías del bloque, ya que Europa busca competir con los gigantes de baterías de Asia y Estados Unidos.
En la actualidad, China, Japón y Corea del Sur son los productores de baterías más prolíficos del mundo, lo que convierte a Asia en la potencia mundial de las baterías para vehículos eléctricos. América del Norte es el segundo productor más grande, con Europa tomando el bronce.
Las reglas recientemente acordadas cubrirán todo el ciclo de vida de la batería, desde la extracción de materias primas hasta la producción industrial y la eliminación al final de su vida útil.
El negociador jefe Achille Variati, un legislador italiano del grupo de centroizquierda S&D, dijo que las medidas acordadas "podrían convertirse en un punto de referencia para todo el mercado mundial de baterías".
“Acordamos medidas que benefician enormemente a los consumidores: las baterías funcionarán bien, serán más seguras y fáciles de quitar”, dijo. “Nuestro objetivo general es construir una industria de reciclaje de la UE más fuerte, particularmente para el litio, y un sector industrial competitivo en su conjunto, que es crucial en las próximas décadas para la transición energética y la autonomía estratégica de nuestro continente”, agregó.
El reglamento se aplicará a todas las baterías vendidas en la UE: desde baterías portátiles en dispositivos electrónicos hasta baterías de vehículos eléctricos y baterías utilizadas en e-scooters y e-bikes.
Según las reglas, las baterías de vehículos eléctricos, las baterías de e-scooter y las baterías industriales más grandes deberán mostrar una "declaración de huella de carbono", que describa el carbono gastado en la producción.
Las baterías portátiles también deben ser fáciles de quitar y reemplazar, una capacidad de diseño a la que algunos fabricantes, en particular el fabricante de iPhone Apple, se han resistido.
En un intento por garantizar que los consumidores estén mejor informados, se requerirá que las baterías contengan códigos QR que vinculen con información relacionada con su capacidad, rendimiento, durabilidad y composición química.
Cumplir con los criterios de producción verde de la UE será un requisito previo para vender una batería dentro del bloque. Se predice que para 2030 la necesidad de baterías en todo el bloque será 14 veces mayor que la actual.
Debida diligencia
La extracción de metales utilizados en la producción de baterías ha generado controversia.
En 2016, Amnistía Internacional hizo temblar a la industria tecnológica cuando publicó un informe que revelaba que 35.000 niños trabajadores trabajaban en las minas de cobalto en la República Democrática del Congo, el principal productor mundial del metal.
El informe generó duras críticas por parte de legisladores y consumidores, y la industria prometió abordar los abusos en la cadena de suministro.
Según las nuevas reglas, todas las empresas que colocan baterías en el mercado de la UE deben tener una "política de diligencia debida" que aborde los abusos en el suministro de materias primas.
Para reducir el nivel de recursos que deben importarse al bloque, la UE también ha elevado los objetivos de recolección y reciclaje.
Según el acuerdo, las baterías nuevas deben contener un porcentaje determinado de materiales reciclados: 16 % de cobalto, 85 % de plomo, 6 % de litio y 6 % de níquel.
Los legisladores también establecieron ambiciosos objetivos de recolección de baterías portátiles para garantizar un flujo constante de material reciclado. Según las reglas, los objetivos de recolección aumentarán del 45% para 2023 al 73% para 2030.
Para los vehículos eléctricos, la tarifa se fija en el 100% de la recaudación.
Reacciones a las nuevas medidas
El grupo de centroderecha del PPE acogió con satisfacción el acuerdo y dijo que es necesario que Europa compita en el escenario mundial de las baterías.
“Desafortunadamente, la UE va a la zaga en la producción de baterías, lo que nos hace vulnerables a la competencia industrial de Asia y Estados Unidos. Con este acuerdo, damos otro paso adelante en el fortalecimiento de la competitividad europea”, dijo la legisladora conservadora Jessica Polfjard.
Los Verdes también elogiaron el acuerdo, argumentando que es necesario para cambiar a Europa hacia una economía más circular.
“Al establecer objetivos tanto en el lado de la oferta como en el de la demanda, estamos creando un mercado para los materiales reciclados. No solo tenemos que abrir menos minas nuevas, sino que también significa que la montaña cada vez mayor de desechos electrónicos se abordará y utilizará como nueva materia prima en el futuro”, dijo el eurodiputado de los Verdes, Bas Eickhout.
Si bien el legislador holandés sintió que los objetivos de reciclaje podrían haber sido más altos, elogió el énfasis en el uso de materiales recuperados como "un buen comienzo".
El grupo centrista Renew dijo que la nueva regulación “es una victoria para nosotros y para el clima”.
“En lugar de tirar tus viejos aparatos electrónicos, será más fácil reemplazar las baterías gastadas por otras nuevas recicladas”, dijo la legisladora sueca Karin Karlsbro.
El comisario de Industria, Thierry Breton, trató de posicionar la regulación como un impulso para el poder manufacturero europeo y dijo que el nuevo acuerdo garantizará que las empresas europeas “no sean solo subcontratistas” en el mercado global.
El acuerdo pasará ahora al Parlamento y al Consejo para su aprobación final.
Fuente: Euractiv
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