EL ARTE DE LA MOMIFICACIÓN (DELIBERADA) ES UN PROCESO LARGO Y LABORIOSO, REALIZADO POR MUCHAS CULTURAS DE TODO EL MUNDO ANTIGUO 14 enero 2...
EL ARTE DE LA MOMIFICACIÓN (DELIBERADA) ES UN PROCESO LARGO Y LABORIOSO, REALIZADO POR MUCHAS CULTURAS DE TODO EL MUNDO ANTIGUO
14 enero 2023.- El antiguo Egipto suele venir a la mente; sin embargo, se han descubierto momias en Irán, China, África, las Islas Canarias y Libia, entre otros. Los antiguos egipcios creían que el espíritu ka necesitaba un “doble” de la persona fallecida, que permanecería en la tumba. El ba , o “alma”, era libre de salir volando de la tumba y regresar a ella. Y el akh , quizás traducido como “espíritu”, debía viajar por el Inframundo hasta el Juicio Final y la entrada al Más Allá.
En el antiguo Egipto, el embalsamamiento se consideraba un arte sagrado y su conocimiento era patrimonio de muy pocos. La mayoría de egiptólogos cree que los secretos de la momificación probablemente se transmitían por tradición oral de un embalsamador a otro, por lo que la evidencia escrita sobre las técnicas utilizadas es más bien escasa. De hecho, hasta ahora, los investigadores solo habían logrado identificar dos textos que tratasen sobre el proceso de momificación. Es por ello que la sorpresa saltó al descubrir un breve manual sobre embalsamamiento durante el estudio de un antiguo texto médico, el Papiro Louvre-Carlsberg. Este papiro, del que faltan varias secciones, se conoce por este nombre puesto que en algún momento se dividió en dos mitades: una de ellas acabó en el Museo del Louvre en París y la otra forma parte de la colección de papiros de la Universidad de Copenhague.
El cuerpo momificado era necesario para mantener la expresión visual de la persona durante la vida; sin embargo, investigaciones más recientes ahora sugieren que el proceso consistía en dirigir el cuerpo hacia la divinidad, asegurando una forma del difunto que los dioses aceptarían.
El proceso de 70 días de duración de la momificación deliberada del Antiguo Egipto fue realizado por los sacerdotes de Anubis. El primer paso es la extirpación del cerebro mediante un gancho especializado que se inserta en la nariz. Luego, el tejido cerebral se 'revolvió', lo que permitió extraerlo y drenarlo fácilmente.
A continuación, se hizo una incisión en el lado izquierdo del abdomen y se extirparon y secaron los órganos internos. Los pulmones, el estómago, el hígado y los intestinos se colocaron dentro de cuatro vasos canopos diferentes. El propósito del cual era asegurar que los muertos tuvieran acceso a ellos en el más allá. Estas vasijas estaban talladas en piedra caliza o hechas de cerámica y generalmente tenían cabezas de dioses específicos (los cuatro hijos de Horus, el dios del cielo y el que protege al faraón) y estaban protegidas por las diosas correspondientes.
Los pulmones se colocaron en el frasco de Hapi y fueron protegidos por la diosa Neftis. El Hapi con cabeza de babuino representa el Norte, mientras que el dios Imsety con cabeza humana representa el Sur, y su cántaro albergaba el hígado que estaba custodiado por la diosa Isis. El este y el oeste, representados por Duamutef y Qebehsenuef respectivamente, tenían el estómago y los intestinos protegidos por Neith y Serqet.
El corazón se devolvió a la cavidad corporal. Los antiguos egipcios creían que el corazón era fundamental para la inteligencia y el ser completo de las personas. Se creía que el cerebro era simplemente un relleno para el cráneo y se desechó. Luego se enjuagaba el cuerpo y se envasaba rápidamente con sal (natrón) y se dejaba secar durante 70 días. Esta sal natural debe su nombre a su lugar de procedencia, los lagos alcalinos del Valle del Natrón, en el norte de Egipto, a 135 kilómetros de El Cairo. Con ella se cubrían los cuerpos una vez eviscerados para proceder a su deshidratación.
El tratamiento con natrón comenzaba al cuarto día, después de la purificación del cuerpo, la extracción de los órganos, el cerebro y los ojos. El segundo período de 35 días se dedicaba a envolver al difunto en vendajes y sustancias aromáticas. El embalsamamiento del rostro que se describe en el Papiro Louvre-Carlsberg se llevaba a cabo en esta fase. Todo el proceso de embalsamamiento de 70 días se dividía en intervalos de cuatro días, y la momia se daba por finalizada el día 68. Después, se colocaba en el interior de su ataúd, tras lo cual los últimos días se destinaban a realizar las actividades rituales que permitirían al difunto disfrutar de su existencia en el más allá.
Para el día 40, el cuerpo se habría arrugado y deformado, por lo que se empacaba con arena y/o lino para recuperar la forma humana antes de continuar secándose durante otro mes.
Después del período de secado de 70 días, el cuerpo se cubría con resina y se envolvía con cientos de metros de sábanas. Podría haber varias capas individuales de resina y lino, a menudo cargadas de oraciones escritas.
Se colocaban amuletos entre los envoltorios para proteger a la persona en el más allá. Un amuleto común que se encuentra abundantemente en las momias del Antiguo Egipto, el ojo de Wedjat (ojo de Horus), se usaba como protección contra las fuerzas del mal. Las joyas y otros pequeños tesoros se envolvían con momias dependiendo de qué tan rica era la persona en vida. A menudo, las momias envueltas se pintaban con escenas o símbolos elaborados, antes de colocarlas en un sarcófago para depositarlas en una tumba.
En el más allá, el difunto necesitaría sirvientes de todo tipo, incluidos panaderos, fabricantes de muebles, cerveceros, bañistas, limpiadores e innumerables otros sirvientes. Los shabtis son pequeñas estatuas con forma humana que los antiguos egipcios creían que cobrarían vida para servir al difunto en el más allá. Cuanto más rico fueras, más sirvientes tendrías.
Otro ejemplo de momificación deliberada data de hace unos 7.000 años en lo que ahora es el norte de Chile y el sur de Perú, donde la cultura Chinchorro comenzó a momificar intencionalmente los cuerpos en un proceso similar al de los antiguos egipcios. Los Chinchorro también usaban palos insertados en las extremidades, a menudo agregando una peluca y cubriendo la cara con máscaras de arcilla. El proceso se realizó en todas las clases de personas, no solo en los ricos.
Los iboloi, en Filipinas, inician el proceso de momificación antes de que la persona muera. A los que están cerca de la muerte se les da una bebida muy salada para ayudar a expulsar los fluidos corporales, lo que probablemente provoque vómitos intensos. Una vez que la persona está muerta, se envuelve en mantas y se coloca junto al fuego para "drenar" los fluidos corporales restantes en el transcurso de varios días.
Después del período de drenaje, el cuerpo se coloca afuera para que se seque al sol, donde se quita la piel y se entierra el cuerpo en cajas de madera. En algunos casos, a las momias de Iboloi también se les extirparon los órganos internos.
Mientras que la momificación deliberada es el secado y la preparación cuidadosos de un cuerpo para permitir que el alma vuelva a entrar en el cuerpo después de la muerte, la momificación natural ocurre en una variedad de situaciones. Las temperaturas extremas o los ambientes secos, bajos en oxígeno e hiperácidos pueden crear momias naturales.
Uno de los ejemplos más famosos es Otzi the Iceman, que fue descubierto por alpinistas en 1991 en los Alpes italianos. Otzi vivió y murió alrededor del 3200 a. C., pero probablemente fue asesinado o sacrificado ritualmente, ya que tenía una punta de flecha incrustada en el hombro junto con varias otras heridas. Poco después de su muerte, su cuerpo fue cubierto de nieve, conservando la mayor parte de los tejidos blandos y restos durante 5.000 años.
La momia más antigua (involuntaria) de América del Norte se encontró cerca de Fallon Nevada, cuando se descubrió envuelta en una estera de tallo de tule en una tumba poco profunda dentro de la Cueva del Espíritu naturalmente seca. La datación por radiocarbono determinó que la momia tenía más de 10.000 años. Ya sea accidental o deliberadamente, los cuerpos momificados resisten la prueba del tiempo. Congelando un momento en la historia que perdura mucho después de la muerte.
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