27 enero 2023.- Tanto Impossible Foods como Beyond Meat , dos de los jugadores más importantes en el mercado de alternativas a la carn...
27 enero 2023.- Tanto Impossible Foods como Beyond Meat , dos de los jugadores más importantes en el mercado de alternativas a la carne en rápida expansión, afirman que sus hamburguesas veganas (hechas principalmente de una variedad de proteínas y aceites vegetales) son un 90 % menos contaminantes para el clima que una típica hamburguesa de carne producida en los Estados Unidos.
Las evaluaciones del ciclo de vida que sustentan estos hallazgos fueron financiadas por las propias empresas, pero los resultados tienen sentido en el contexto de la investigación internacional, que ha demostrado repetidamente que los alimentos vegetales son significativamente menos dañinos para el medio ambiente que los alimentos animales .
Vale la pena preguntarse cómo se verían estos hallazgos si los impactos de las carnes de origen vegetal se hubieran comparado con una hamburguesa de carne de res producida en una granja de ganado alimentado con pasto, como es el caso en Nueva Zelanda, en lugar de una operación industrializada de corrales de engorde que es lugar común en los Estados Unidos.
Una perspectiva de Nueva Zelanda
Sobre la base de la investigación internacional realizada principalmente en el hemisferio norte, recientemente se ha completado una evaluación completa de las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas con diferentes alimentos y patrones dietéticos en Nueva Zelanda.
A pesar de las narrativas dominantes sobre la eficiencia de los sistemas de producción ganadera de Nueva Zelanda, el marcado contraste entre los impactos climáticos de los alimentos vegetales y animales es tan relevante en Nueva Zelanda como en otros lugares.
Por ejemplo, 1 kilogramo de carne de res comprada en el supermercado produce 14 veces más emisiones que los alimentos vegetales integrales ricos en proteínas como lentejas, frijoles y garbanzos. Incluso los alimentos vegetales más intensivos en emisiones, como el arroz, siguen siendo más de cuatro veces más respetuosos con el medio ambiente que la carne de vacuno.
El impacto climático de los diferentes alimentos está determinado en gran medida por la etapa de producción en la granja. Otras etapas del ciclo de vida, como el procesamiento, el envasado y el transporte, juegan un papel mucho menor.
La cría de ganado vacuno, independientemente del sistema de producción, libera grandes cantidades de metano ya que los animales eructan el gas mientras rumian. El óxido nitroso liberado por los fertilizantes y el estiércol es otro potente gas de efecto invernadero que aumenta la huella climática general de la carne de vacuno.
Impacto climático de la dieta de Nueva Zelanda
Las elecciones diarias de alimentos pueden marcar la diferencia en el impacto climático general de nuestra dieta. Cada paso que dan los adultos de Nueva Zelanda hacia una dieta más basada en plantas da como resultado menos emisiones, mejor salud de la población y costes de atención médica reducidos.
El gráfico anterior muestra una variedad de cambios en la dieta, que reemplazan gradualmente los alimentos de origen animal y altamente procesados con alternativas de origen vegetal. Si todos los adultos de Nueva Zelanda adoptaran una dieta vegana sin desperdicio de alimentos, se estima que las emisiones relacionadas con la dieta podrían reducirse en un 42% y los costes de atención médica podrían reducirse en 20.000 millones de dólares neozelandeses durante la vida de la población actual de Nueva Zelanda.
Rediseñando el sistema alimentario
El sistema alimentario mundial actual está causando estragos en la salud humana y planetaria. Estas observaciones se suman a un ya sólido cuerpo de investigación internacional que muestra que son posibles alternativas menos dañinas.
A medida que aumenta la presión sobre los gobiernos de todo el mundo para que ayuden a rediseñar nuestros sistemas alimentarios, los formuladores de políticas siguen mostrándose reacios a la hora de apoyar una transición hacia dietas basadas en plantas.
Tal inacción parece estar impulsada, en gran parte, por la propagación de información errónea deliberada por parte de poderosos grupos de la industria alimentaria , que no solo confunde a los consumidores sino que socava el desarrollo de políticas públicas saludables y sostenibles.
Para abordar los múltiples problemas urgentes de salud ambiental que enfrentamos, un cambio hacia una dieta basada en plantas es algo que muchas personas pueden hacer por su salud y la del planeta, al mismo tiempo que presionan para que se realicen los cambios organizacionales y de políticas necesarios para que ese cambio sea asequible para todo el mundo.
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