Muchas personas con COVID-19 requirieron hospitalización durante la pandemia; un estudio ahora revela vínculos genéticos entre la enfermed...
Los genes inmunológicos podrían desempeñar un papel en el riesgo de necesitar cuidados intensivos cuando se infecta con SARS-CoV-2.
18 mayo 2023.- Un análisis de ADN de más de 24 000 personas que tenían COVID-19 y requerían tratamiento en cuidados intensivos arrojó más de una docena de nuevos vínculos genéticos con el riesgo de desarrollar una enfermedad extrema a causa de la enfermedad.
El estudio, que se publicó el 17 de mayo en Nature 1 y cuenta con más de 2000 autores, destaca el papel del sistema inmunitario en el impulso de las últimas etapas de la COVID-19 particularmente grave. Los resultados podrían algún día contribuir al desarrollo de terapias para COVID-19, y potencialmente otras enfermedades que causan dificultad respiratoria aguda o sepsis.
"Es probable que estos sean procesos que están activos en otras condiciones", dice Kenneth Baillie, especialista en cuidados intensivos de la Universidad de Edimburgo, Reino Unido, y autor principal del estudio. “Creo que todo lo que hemos hecho en COVID será relevante para otros grupos de pacientes que aún no hemos identificado”.
Esfuerzo de equipo
Gran parte de los datos se recopilaron de personas que se infectaron con el SARS-CoV-2 durante las primeras oleadas de la pandemia en el Reino Unido. En ese momento, a muchos miembros del personal de cuidados intensivos les aterrorizaba pasar tiempo en la sala. Un brote de coronavirus en 2003 causado por el virus relacionado SARS-CoV tuvo una tasa de mortalidad de alrededor del 10% y afectó particularmente a los trabajadores de la salud.
A pesar de su miedo y el frenesí de brindar atención al comienzo de la pandemia, decenas de trabajadores de la salud asumieron la carga adicional de inscribir a los participantes en estudios que investigan cómo la genética podría haber contribuido a la gravedad de la enfermedad. Muchos de los participantes estaban conectados a ventiladores e inscribirlos significó largas conversaciones con familiares que estaban pasando por algunos de los momentos más difíciles de sus vidas.
El resultado fue un esfuerzo llamado GenOMICC, que los investigadores esperan que ayude a mejorar las opciones de tratamiento para COVID-19 y otras condiciones en futuras pandemias.
Baillie y sus colegas analizaron datos de más de 24 000 personas y combinaron esta información con conjuntos de datos de todo el mundo. Encontraron 49 secuencias de ADN que están asociadas con enfermarse gravemente por COVID-19. Dieciséis de estos no habían sido informados previamente.
Entre estas secuencias se encuentran algunas que podrían afectar la actividad de genes y proteínas involucradas en el sistema inmunológico. Durante mucho tiempo, las células inmunitarias enfurecidas han estado implicadas en causar algunos de los daños en los tejidos que se observan en los casos graves de COVID-19 en etapa tardía. Baillie y sus colegas encontraron con vínculos genéticos las respuestas inflamatorias y la activación de las células inmunitarias, procesos que pueden dañar los pulmones y reducir su capacidad para enviar oxígeno a los tejidos del cuerpo.
“Definitivamente amplía nuestra comprensión de los determinantes genéticos de la COVID grave”, dice Brent Richards, genetista humano de la Universidad McGill en Montreal, Canadá. Richards es investigador en otro proyecto llamado Iniciativa de Genética del Huésped COVID-19, un esfuerzo global en el que científicos de más de 54 países comparten datos.
La diversidad de ese esfuerzo proporcionará una contrapartida crucial para el estudio GenOMICC, que se extrae predominantemente de participantes de ascendencia europea, dice Richards.
Resultados fiables
Además de los nuevos hallazgos, es importante que el estudio del Reino Unido haya replicado muchos de los hallazgos de otros grupos, dice Alexander Hoischen, genetista del Centro Médico de la Universidad de Radboud en Nijmegen, Países Bajos. La replicación de los resultados en diferentes conjuntos de datos es crucial cuando se trata de separar la posible contribución de las variantes genéticas comunes a la enfermedad.
Aun así, será necesario mucho trabajo para demostrar que estas variantes contribuyen directamente a la enfermedad crítica, un paso necesario para convertir estos hallazgos iniciales en nuevas terapias.
Pero reunir estos grandes consorcios de investigadores y dar los primeros pasos son triunfos considerables. En los primeros días de la pandemia, no estaba claro cómo la participación en proyectos tan grandes beneficiaría las carreras de científicos individuales. Muchos de ellos actuaron como seres puramente humanos, en lugar de preocuparse por sus carreras. Ilustra el grado de solidaridad que realmente presenciamos en tiempos de COVID.
Fuente:
1. Pairo-Castineira, E. et al. Nature https://doi.org/10.1038/s41586-023-06034-3 (2023).
COMENTARIOS