Hace más de doscientos años, el doctor James Parkinson describió los primeros síntomas motores de la enfermedad que hoy conocemos como pár...
Hace más de doscientos años, el doctor James Parkinson describió los primeros síntomas motores de la enfermedad que hoy conocemos como párkinson. Desde entonces, aunque ha habido muchos avances en su comprensión y existen terapias para las etapas iniciales, la búsqueda de nuevos tratamientos para prevenir o, al menos, ralentizar el progreso de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes sigue siendo una necesidad urgente.
18 mayo 2023.- Se estima que entre 8 y 9 millones de personas en el mundo sufren párkinson, la segunda enfermedad neurodegenerativa más común después del alzhéimer en la actualidad. Además, al ser una enfermedad relacionada con el envejecimiento, su frecuencia se ha duplicado en los últimos 25 años por el aumento de la esperanza de vida media en la población mundial.
En el Debate CaixaResearch del pasado 27 de abril, participaron tres investigadores que están trabajando para avanzar en la comprensión de las causas del proceso de neurodegeneración y poder así mejorar el diagnóstico temprano y desarrollar nuevos tratamientos: Miquel Vila, profesor ICREA y director del grupo de investigación en Enfermedades Neurodegenerativas del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR); Guglielmo Foffani, investigador y coordinador científico en el Centro Integral de Neurociencias (HM CINAC), y Salvador Ventura, profesor y director del grupo de investigación de Plegamiento de Proteínas y Enfermedades Conformacionales del Institut de Biotecnologia i de Biomedicina de la Universitat Autònoma de Barcelona (IBB-UAB). Estuvieron moderados por Mayte Antona, redactora jefa de la sección de sociedad de la agencia de noticias Servimedia.
A continuación, presentamos las principales ideas tratadas en el transcurso del debate.
¿Qué es la enfermedad de Parkinson?
«El párkinson es una enfermedad crónica y progresiva que afecta al sistema nervioso y se caracteriza por el deterioro y la destrucción de un tipo específico de neuronas en una parte del cerebro llamada sustancia negra. Estas neuronas son responsables de producir dopamina, una molécula vital para el control del movimiento». — Miquel Vila.
¿Qué síntomas caracterizan la enfermedad de Parkinson?
«La pérdida de las neuronas relacionadas con el control del movimiento causa los principales síntomas motores del párkinson, como la lentitud o la dificultad de movimiento, la rigidez en las extremidades, la pérdida del equilibrio y las alteraciones en la postura y en la marcha. Sin embargo, ahora sabemos que también se ven afectados otros circuitos cerebrales que provocan síntomas no motores, como el deterioro cognitivo, los trastornos mentales y del sueño, y el dolor y las alteraciones sensoriales. En muchos casos, se ha observado que ciertos síntomas, como depresión, ansiedad, alteraciones del olfato y trastornos gastrointestinales, pueden llegar a preceder en varios años la aparición de los síntomas motores, lo cual puede darnos pistas sobre el posible origen de la enfermedad». — Miquel Vila.
¿El párkinson es hereditario?
«En la mayoría de los casos, el párkinson no se hereda y suele aparecer espontáneamente en personas mayores de 65 años. Sin embargo, en un 5-10 % de los pacientes se encuentran mutaciones genéticas que se asocian con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. Estas mutaciones, que pueden ser diagnosticadas, llevan a una aparición más temprana y a una progresión más rápida de la enfermedad». — Salvador Ventura.
¿Cómo influye el estrés en la enfermedad de Parkinson?
«Se ha demostrado que experimentar estrés continuamente puede aumentar tanto los síntomas motores como los no motores del párkinson. Aún se está debatiendo si el efecto del estrés se traduce en un incremento de la neurodegeneración. Hay estudios con modelos animales de párkinson que así lo sugieren, pero todavía se está investigando este efecto en humanos». — Guglielmo Foffani.
¿Influye la dieta en el desarrollo de la enfermedad de Parkinson? ¿Y el ejercicio físico?
«Actualmente no existe ninguna dieta conocida que pueda retrasar o prevenir la aparición de la enfermedad. Sin embargo, hay una investigación activa sobre si las alteraciones en la flora intestinal podrían contribuir al desarrollo de ciertas enfermedades neurológicas, como el párkinson. Esto es lo que llamamos el eje intestino-cerebro». — Miquel Vila.
«Por otro lado, se ha demostrado que el ejercicio físico tiene un impacto positivo en la enfermedad de Parkinson porque ayuda a mejorar los síntomas motores, dado que se trata de una enfermedad que afecta al movimiento, y además contribuye a retrasar su progresión. Por lo tanto, se recomienda a los pacientes que tengan una rutina de ejercicio lo más activa posible». — Guglielmo Foffani.
¿Hay diferencias entre mujeres y hombres en el desarrollo de la enfermedad?
«Los hombres tienen el doble de riesgo de padecer párkinson que las mujeres y, en general, la enfermedad suele aparecer en ellos a una edad más temprana. Sin embargo, se ha observado que en las mujeres la enfermedad progresa más rápidamente. Se están llevando a cabo estudios para examinar los posibles factores que pueden contribuir a estas diferencias, incluidos factores genéticos, hormonales e inmunológicos. Hoy en día aún no se conoce una base biológica definitiva que explique estas diferencias». — Miquel Vila.
¿Contamos con biomarcadores que permitan diagnosticar el párkinson?
«Se está llevando a cabo un gran esfuerzo para generar y validar biomarcadores efectivos que permitan diagnosticar el párkinson antes de que aparezcan los síntomas. Además, proporcionarán una mayor objetividad en la evaluación de la eficacia de una terapia en comparación con la evaluación actual, basada, por ejemplo, en la observación de los síntomas motores. Algunos biomarcadores pueden detectarse mediante técnicas de neuroimagen (por ejemplo, evaluar la pérdida de dopamina en el cerebro) o con la detección de moléculas en biofluidos como el líquido cefalorraquídeo o la sangre. Un estudio reciente ha demostrado que la detección en el líquido cefalorraquídeo de una proteína implicada en la enfermedad, llamada alfa-sinucleína, tiene una tasa de error muy baja y, por lo tanto, puede ser una herramienta útil para el diagnóstico precoz del párkinson y también para detectar en qué fase se encuentra la enfermedad. No obstante, lo ideal sería identificar los biomarcadores en sangre, debido a la mayor facilidad de toma de muestras». — Salvador Ventura.
¿Qué tratamientos existen en la actualidad?
«Normalmente, cuando se diagnostica el párkinson, ya se ha perdido entre el 50 y el 80 % de las neuronas productoras de dopamina. En consecuencia, se suelen administrar tratamientos que tienen como objetivo incrementar la dopamina en el cerebro. No obstante, las neuronas siguen muriendo, de modo que las terapias actuales se centran en aliviar los síntomas motores, en lugar de detener o prevenir la progresión de la enfermedad». — Salvador Ventura.
¿Cambia la eficacia de los tratamientos según avanza la enfermedad?
«Es importante destacar que el párkinson es la enfermedad neurodegenerativa que actualmente cuenta con más tratamientos eficaces. Sin embargo, a medida que la enfermedad progresa y se pierden neuronas y dopamina, los síntomas empeoran y los tratamientos combinados se vuelven más complejos y menos efectivos. Cuando la capacidad para controlar los síntomas motores es ya muy limitada, se considera la estimulación cerebral profunda, un tratamiento que involucra cirugía y que es similar a un “marcapasos cerebral”». — Guglielmo Foffani.
Los proyectos de Miquel Vila, Salvador Ventura y Guglielmo Foffani abren nuevas vías para diagnosticar y tratar la enfermedad
El grupo liderado por Salvador Ventura centra su investigación en la proteína alfa-sinucleína y su capacidad de acumularse formando cuerpos de Lewy, unos agregados tóxicos que se generan en el cerebro de los pacientes con párkinson y contribuyen a la neurodegeneración. «La mayoría de los investigadores coincidimos en que la acumulación de esta proteína comienza en las primeras etapas de la enfermedad y resulta tóxica para las neuronas. En nuestro laboratorio hemos conseguido reproducir in vitro y en modelos animales muy sencillos el proceso de agregación de la alfa-sinucleína y hemos descubierto un grupo de moléculas capaces de detener este proceso, lo que podría ralentizar el progreso de la enfermedad y aumentar la eficacia de los tratamientos actuales».
La investigación de Miquel Vila pone el foco en la neuromelanina, un pigmento de color marrón que se acumula en grandes cantidades en aquellas neuronas que degeneran con el progreso de la enfermedad de Parkinson. «En estudios con animales, hemos visto que cuando la acumulación de neuromelanina supera un umbral se producen los síntomas típicos de la enfermedad; y cuando normalizamos sus niveles aplicando diferentes estrategias, se da una mejoría en los síntomas. Si en un futuro pudiéramos ser capaces de detectar los niveles de neuromelanina que un humano acumula a medida que va envejeciendo y pudiéramos mantenerlos por debajo del umbral patológico, a nivel conceptual podríamos llegar a prevenir la aparición de la enfermedad».
El equipo de Guglielmo Foffani está investigando una nueva teoría en la que se propone que la corteza cerebral juega un papel importante en el origen de la patología. «Los resultados que hemos obtenido hasta ahora sugieren que existe una alteración de la actividad neuronal en la corteza cerebral de los pacientes con la enfermedad de Parkinson que podría contribuir al desarrollo de la patología. Si esta hipótesis es cierta, se abrirá una puerta a la detección precoz del párkinson y a la posibilidad terapéutica de actuar sobre la corteza, por ejemplo, a través de técnicas de neuromodulación no invasiva, para recuperar la actividad normal».
Al finalizar el debate, los investigadores compartieron un mensaje esperanzador
«A pesar de que aún no contamos con una cura para el Parkinson, actualmente disponemos de muchas herramientas terapéuticas para ralentizar el avance de la enfermedad. El impacto en la calidad de vida de los pacientes ha mejorado de manera significativa en comparación con hace cincuenta años». — Guglielmo Foffani.
«Aunque vamos dando pasos poco a poco, estamos avanzando de manera coordinada en la investigación del párkinson con el objetivo de encontrar una cura y mejorar la calidad de vida de los pacientes». — Salvador Ventura.
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