La reforma laboral aprobada a finales de 2021 ha tenido efectos evidentes sobre el mercado de trabajo. Las mayores restricciones al uso de...
La reforma laboral aprobada a finales de 2021 ha tenido efectos evidentes sobre el mercado de trabajo. Las mayores restricciones al uso del contrato temporal y la flexibilización del indefinido, sobre todo de los fijos discontinuos, han reducido la temporalidad en el sector privado.
- La EPA del 1T2023 muestra que, descontado el componente estacional, el porcentaje de ocupados con contrato temporal en el sector privado fue del 13,7%, casi la mitad que en el 1T2019 y en línea con el promedio europeo.
- Sin embargo, la reforma no ha tenido repercusiones sobre la temporalidad del sector público, que en el 1T2023 superó el 31%, 4 puntos más que cuatro años antes, debido al incremento de la interinidad, como mostramos en el último Observatorio Trimestral del Mercado de Trabajo realizado conjuntamente con FEDEA.
- Las mayores restricciones a la contratación temporal no parecen haber impedido la creación de empleo, en línea con lo sucedido en otros países de la UE. Las empresas han hecho de la necesidad virtud. La contratación indefinida, tanto la ordinaria como sobre todo la fija discontinua, ha registrado un crecimiento notable.
- La evidencia también muestra un ligero repunte de la rotación laboral del empleo indefinido y que la parcialidad en la contratación indefinida, en parte involuntaria, ha aumentado.
- A medio plazo, el éxito de la reforma dependerá de sus repercusiones sobre la productividad y la intensidad, duración y estabilidad del empleo. ¿Pone fin al problema de la precariedad laboral? Probablemente, no. La precariedad laboral es un fenómeno multidimensional que va más allá de la inestabilidad contractual.
07 junio 2023.- En abril de 2022 entró en vigor, con efectos plenos, la reforma laboral aprobada a finales de 2021. Más de un año
después, ha tenido efectos evidentes. Las mayores restricciones al uso del contrato temporal y la flexibilización del
indefinido, particularmente de los fijos discontinuos, han reducido la temporalidad en el sector privado.
La EPA del
1T2023 muestra que, descontado el componente estacional, el porcentaje de ocupados con contrato temporal en el
sector privado fue del 13,7%, casi la mitad que en el 1T2019 y en línea con el promedio europeo. Sin embargo, la
reforma laboral no ha tenido efectos sobre la temporalidad del sector público, que en el 1T2023 superó el 31%, 4
puntos más que cuatro años antes, debido al incremento de la interinidad, como mostramos en el último Observatorio
Trimestral del Mercado de Trabajo realizado conjuntamente con FEDEA.
Por lo que se refiere al (flujo) de nuevas
contrataciones, el peso de los temporales ha disminuido más de 30 puntos hasta situarse en el entorno del 60%.
Las mayores restricciones a la contratación temporal no parecen haber impedido la creación de empleo, similar a la
de otros países de la UE. Las empresas han hecho de la necesidad virtud. La contratación indefinida, tanto la
ordinaria como sobre todo la fija discontinua, ha registrado un crecimiento notable.
El número de afiliados al Régimen
General de la Seguridad Social con contrato indefinido ha aumentado en 2,8 millones desde finales de 2021, de los
que el 52% son ordinarios a tiempo completo, el 24%, a tiempo parcial y el 21%, fijos discontinuos. Estos datos se
refieren a cotizantes activos con alta en la Seguridad Social, por lo que no están afectados por la cifra de trabajadores
inactivos con contratos fijos discontinuos que no cotizan.
La evidencia también muestra un ligero repunte de la
rotación laboral del empleo indefinido, que la transición desde el empleo asalariado hacia inactividad apenas ha
cambiado y que la parcialidad en la contratación indefinida, en parte involuntaria, ha aumentado.
Para confirmar otros efectos de la reforma laboral se necesita una evaluación más detallada y más evidencia, a lo
largo de un ciclo económico completo, que permita analizar la respuesta del empleo y de las horas trabajadas ante
una recesión.
Desde la aprobación de la reforma han sucedido demasiados eventos y no resulta sencillo aislar los
efectos de cada uno de ellos: recuperación postpandemia, consumo del ahorro embalsado, reducción de las
disrupciones en las cadenas de suministros, o una crisis energética y de materias primas por la guerra de Ucrania
que ha revertido en los últimos trimestres.
En cuanto al impacto sobre la tasa de desempleo estructural, todavía es pronto para identificar el posible impacto del
cambio normativo. Eliminados los factores estacionales, la tasa de paro apenas ha disminuido nueve décimas, desde
el 13,5% en el 4T2021 hasta el 12,6% del 1T2023, un ritmo de mejora inferior al anterior a la pandemia.
Mientras
tanto, la tasa de vacantes ha aumentado un 25%, por lo que el tensionamiento del mercado de trabajo es hoy en día
superior.
A medio plazo, el éxito de la reforma dependerá de sus repercusiones sobre la productividad y la intensidad, duración
y estabilidad del empleo. La temporalidad reduce la capacidad de aprendizaje en el puesto de trabajo y desincentiva
la inversión en formación de empresas y trabajadores.
Todo ello repercute en una menor productividad respecto a la
contratación indefinida. Sin embargo, hasta el momento, los datos indican que la productividad aparente del trabajo,
tanto por puesto de trabajo como por hora, no muestra una mejora significativa desde la entrada en vigor de la
reforma. En cuanto a las horas trabajadas –tanto las efectivas semanales como las totales-, el incremento desde el
1T2022 es modesto a pesar de las restricciones impuestas a los contratos de corta duración y los obstáculos al
encadenamiento.
También es pronto para saber cuál es el impacto de la reforma sobre la desigualdad de la renta y sobre los ingresos
anuales de los trabajadores temporales que han pasado a tener un contrato indefinido. ¿Pone la reforma fin al
problema de la precariedad laboral? Probablemente no. La precariedad laboral es un fenómeno multidimensional que
va más allá de la inestabilidad contractual.
Fuente: BBVA Research
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