La apuesta verde ("Green Deal") de la UE en entredicho
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| Collage: Steph Davidson, Getty |
02 abril 2024.- Un fabricante de paneles solares que está despidiendo trabajadores. Un fabricante de baterías que rechazó a Europa por los subsidios estadounidenses. Un proyecto de hidrógeno verde se estancó por falta de electricidad.
Estos son algunos de los primeros resultados del Fondo de Innovación de la Unión Europea, un vehículo de inversión de 40.000 millones de euros (43.000 millones de dólares) en el centro de los planes de Europa para reformar su economía y convertirla en cero emisiones de carbono a mediados de siglo. También es parte de la respuesta de la UE a la Ley de Reducción de la Inflación de EE.UU. (los funcionarios europeos esperan que los subsidios eviten que las industrias clave se trasladen al extranjero).
Si bien el fondo aún es bastante nuevo y respalda docenas de proyectos, incluida la primera gran planta de acero verde del mundo, algunos de ellos, especialmente en los sectores de fabricación e hidrógeno, han tenido dificultades para despegar.
El Fondo de Innovación es uno de los programas "imprescindibles" para garantizar que las nuevas tecnologías puedan desempeñar rápidamente un papel importante en la reducción de las emisiones de la UE, según Marcus Ferdinand, director de análisis de la firma de investigación Veyt, con sede en Oslo. Si sus primeros tropiezos resultan ser tendencias generalizadas, será una señal preocupante para la capacidad del bloque para alcanzar sus objetivos climáticos para 2040.
Desde su lanzamiento hace cuatro años, el fondo ha destinado más de 6.000 millones de euros a la ampliación de las tecnologías limpias, como la captura de CO2 de algunos de los mayores contaminadores de Europa, como el gigante francés del gas industrial Air Liquide SA y el fabricante de cemento suizo Holcim Ltd. Respalda a los principales productores de energía, como Shell Plc y la empresa alemana RWE AG, en sus esfuerzos por producir hidrógeno. Y apoya a plantas a gran escala que fabrican equipos de paneles solares, baterías y otras tecnologías de energía renovable.
Los proyectos de fabricación se encuentran entre los que se han enfrentado a las mayores dificultades. El fondo ha entregado al menos tres cuartos de 100 millones de euros a los fabricantes, la mitad de los cuales han anunciado planes para cerrar operaciones, despedir personal o suspender los proyectos por completo, según un análisis de datos de proyectos realizado por Bloomberg Green.
Kurt Vandenberghe, director general para el clima de la Comisión Europea, dijo que la UE anticipaba que algunas de sus apuestas no funcionarían. El fondo es para invertir "en las actividades novedosas e innovadoras del futuro", dijo Vandenberghe. "Esto significa que no todos los proyectos necesariamente llegarán a su fin, porque hay un buen grado de riesgo. De lo contrario, no deberíamos hacerlo, si el mercado está llevando esto adelante por su cuenta".
Y las malas apuestas no significan necesariamente que se haya desperdiciado mucho dinero. La financiación se paga por fases. Aquellos que no toman una decisión final de inversión no reciben ningún tipo de financiación.
Pero aún así significa una pérdida de tiempo valioso para la descarbonización, y una erosión de la ventaja competitiva de Europa si las empresas se van. Los fabricantes ecológicos europeos se enfrentan a la tentación de los atractivos subsidios estadounidenses, por un lado, y a la competencia de los productos chinos baratos, por el otro.
El fabricante suizo de paneles solares Meyer Burger Technology AG obtuvo 200 millones de euros para construir nuevas instalaciones de fabricación en Alemania y España. Desde entonces, la compañía ha anunciado planes para cerrar una planta de fabricación en Alemania a medida que gira sus operaciones a los EE.UU. La compañía está en conversaciones con la comisión sobre sus opciones, según un portavoz.
La Unión Europea debe garantizar la igualdad de condiciones para su industria solar nacional restringiendo el dumping y los productos fabricados con trabajo forzoso. Sin ella, a día de hoy, la producción de módulos solares no tiene sentido económico.
Los proyectos de hidrógeno representan más de una cuarta parte del dinero otorgado por el Fondo de Innovación hasta el momento. Pero la tecnología no está resultando tan viable económicamente como se pensaba. El hidrógeno verde es mucho más caro que el que se usa comúnmente hoy en día y que se produce con gas natural. Los proyectos destinados a ampliar la industria y reducir los costos se han enfrentado a pruebas.
Uno de ellos fue un plan de una división de la empresa alemana Uniper SE para producir hidrógeno verde en un sitio en las afueras de Rotterdam. En muchos sentidos, es una ubicación ideal, cerca de los principales usuarios industriales y justo en la costa, lo que le da fácil acceso a la creciente flota de parques eólicos marinos en el Mar del Norte holandés.
Pero el aumento de los costes de la electricidad, la mano de obra y la financiación en los últimos años ha encarecido aún más el hidrógeno verde, lo que dificulta la atracción de clientes potenciales.
El hidrógeno verde es demasiado caro en este momento. Los elevados tipos de interés y los costes de las tarifas de conexión a la red, y el perfil de riesgo de los acuerdos de compra de energía, están "matando" las decisiones de inversión.
Todo apunta a que seguiremos utilizando el gas natural más de lo que inicialmente se había previsto. La cuestión es cómo este hecho afecta al cambio climático y sus efectos sociales y económicos.
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