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| Fachada de la Universidad de Alcalá |
01 noviembre 2025.- Las seis universidades públicas de la Comunidad de Madrid (UCM, UAM, UPM, UC3M, URJC, UAH) han mantenido una queja recurrente y sistemática respecto a la insuficiencia de la financiación que reciben por parte del Gobierno regional. Esta preocupación se ha intensificado a lo largo de los años, especialmente desde la crisis financiera de la pasada década.
Un buen ejemplo es el reciente préstamo por valor de 34.469.224 euros que esta semana, la Comunidad de Madrid ha aprobado otorgar a la Universidad Complutense de Madrid (UCM) para afrontar su déficit estructural y asegurar la liquidez necesaria para mantener su solvencia económica. Un préstamo que obliga a la Universidad Complutense a aprobar el Plan Económico Financiero, tal y como establece la normativa para las administraciones públicas que no alcanzan los objetivos de estabilidad y equilibrio presupuestario. A la vez, un desafío y una amenaza.
El nuevo modelo de financiación para las universidades públicas madrileñas, recogido en el borrador de la Ley de Enseñanzas Superiores, Universidades y Ciencia (LESUC), tiene como principal objetivo establecer una programación plurianual que garantice la sostenibilidad económica, abandonando así la financiación anual y coyuntural que ha generado las quejas de infrafinanciación.
Puntos clave de la queja de las Universidades Públicas
Insuficiencia Presupuestaria: Las universidades denuncian que la financiación es insuficiente para cubrir los gastos de funcionamiento, modernización, y la renovación y consolidación de sus plantillas. Esto pone en riesgo la calidad de un servicio esencial.
Según informes, Madrid se sitúa como la comunidad que menos dinero destina a sus universidades públicas por alumno (6.734 euros por estudiante matriculado en 2022, frente a una media estatal superior), lo que se traduce en un menor esfuerzo presupuestario relativo a su riqueza (PIB per cápita).
La falta de recursos se refleja en problemas de infraestructuras (mantenimiento, equipamientos obsoletos) y en la necesidad de aplicar recortes en gastos ordinarios para asegurar la estabilidad presupuestaria. La solicitud de préstamos a la Comunidad, como ha ocurrido en la UCM, es vista por sindicatos y parte de la comunidad universitaria como una "intervención encubierta" que solo aplaza el problema.
Modelo de Financiación Inestable: Se reclama un modelo de financiación estable, justo y suficiente, preferentemente plurianual, que garantice la planificación a medio y largo plazo. Los incrementos puntuales o los "parches" no resuelven las carencias estructurales.
Contradicción con la Calidad: Los centros universitarios señalan la contradicción de sufrir una grave infrafinanciación mientras mantienen un alto nivel de reconocimiento nacional e internacional en docencia, investigación y transferencia de conocimiento.
La Disyuntiva frente al Auge de las Universidades Privadas
La problemática de la infrafinanciación de la universidad pública en Madrid se enmarca en un contexto de crecimiento acelerado y apoyo al sector de la universidad privada, lo que crea una clara disyuntiva en el modelo de educación superior de la región.
El crecimiento de la oferta privada
Liderazgo en Centros Privados: La Comunidad de Madrid se encuentra a la cabeza en España en número de universidades privadas. Mientras solo hay seis universidades públicas, ya hay trece privadas (y se han llegado a tramitar más aperturas), evidenciando una política regional que favorece su expansión.
Mayor Dependencia del Alumnado: La baja financiación pública obliga a las universidades madrileñas a depender más de otras fuentes de ingresos. Esto se refleja en que la recaudación por precios públicos (tasas de matrícula) por alumno es la más alta de España (media de $18,54$ euros por crédito en primera matrícula, superando el promedio nacional). Esta situación implica que la Comunidad de Madrid es una de las regiones donde los hogares destinan más recursos a la educación superior.
Implicaciones de la disyuntiva
| Aspecto | Universidad Pública (Infrafinanciada) | Universidad Privada (En Auge) |
| Acceso y Equidad | Motor principal del ascensor social. El acceso es meritocrático, pero el alto precio de la matrícula (18,54€/crédito) dificulta la equidad. | Acceso más fácil para quienes pueden pagar sus elevados costes (hasta seis veces mayores), lo que genera desigualdad de oportunidades. |
| Financiación | Transferencias autonómicas muy bajas, que cubren un menor porcentaje de su presupuesto total que en otras CCAA. Reclaman un modelo justo. | Dependencia de las cuotas del alumnado y, en ocasiones, de apoyo institucional indirecto (adscripción de centros). Menor riesgo de financiación insuficiente por parte de la Comunidad. |
| Calidad e Investigación | Generalmente mantienen una mayor calidad formativa media e impulsan la mayor parte de la investigación y la transferencia de conocimiento regional. | Ofrecen nichos de mercado y títulos específicos, pero la calidad media y el volumen de investigación pueden ser inferiores. |
La disyuntiva se centra en el modelo de educación superior que se quiere priorizar:
Un modelo basado en la universidad pública infrafinanciada, lo que compromete su calidad, capacidad de inversión y función de equidad, obligándola a subir precios y depender de ingresos propios.
Un modelo que promueve el crecimiento de la oferta privada, desviando la inversión y la demanda hacia centros no públicos, lo que favorece un sistema con mayor desigualdad de acceso y un riesgo de mermar la masa crítica de la investigación pública.
La preocupación subyacente de las universidades y sindicatos es que esta política de financiación insuficiente y fomento de lo privado puede interpretarse como un paso hacia la privatización o, al menos, como una merma de la capacidad y el compromiso con la universidad pública como bien común.
Ejes del Nuevo Modelo de Financiación Plurianual
El nuevo esquema de reparto de fondos busca ser más transparente, predecible y orientado a resultados, en contraste con el sistema anterior que dependía en gran medida de las transferencias para gastos corrientes.
Este modelo plurianual, que se proyecta para periodos de cinco años (siendo revisable), se estructura en tres ejes o componentes de financiación bien diferenciados:
1. Financiación básica (o de sostenimiento)
Este componente constituye la base de la financiación pública y está destinado a garantizar el normal funcionamiento ordinario de las universidades.
Objetivo: Cubrir los costes estructurales fijos de personal (PDI y PAS) y los gastos corrientes básicos (suministros, servicios mínimos, etc.).
Críticas: Existe una preocupación por parte de sindicatos y rectores sobre la interpretación de la ley, que podría obligar a incluir los ingresos por tasas y precios públicos abonados por los estudiantes dentro de esta "financiación básica". Si esta transferencia de la Comunidad de Madrid no cubre la totalidad de la financiación básica necesaria y se obliga a la universidad a cubrir el resto con el dinero de las matrículas, el concepto de financiación pública garantizada podría verse diluido.
2. Financiación por necesidades específicas
Esta parte del presupuesto se destina a hacer frente a inversiones y gastos que no son parte del funcionamiento diario estándar, pero que son esenciales para la modernización de los campus.
Objetivo: Financiar proyectos concretos y estratégicos, como la rehabilitación y el mantenimiento de infraestructuras (edificios, instalaciones), la adquisición de equipamiento científico de alto coste y la gestión de grandes déficits históricos.
Importancia: Responde directamente a una de las principales quejas de los rectores, que alertaban sobre la obsolescencia de instalaciones debido a la imposibilidad de afrontar gastos de capital con la financiación corriente.
3. Financiación por Objetivos (ligada a resultados)
Este es el componente más novedoso y busca incentivar la consecución de metas de calidad y eficiencia.
Mecanismo: Es una cuantía de fondos extra (se han mencionado hasta 10 millones de euros anuales adicionales para el conjunto de las seis universidades) que se repartirán en función de la acreditación de determinados logros.
Objetivos: Estarán ligados a resultados académicos (éxito, abandono, empleabilidad), a la actividad investigadora (captación de proyectos I+D, publicaciones de alto impacto) y a la transferencia de conocimiento (patentes, spin-offs).
Flexibilidad: El borrador de la LESUC permite que cada universidad pacte ciertos objetivos específicos que se adecúen mejor a su perfil (investigación, docencia especializada, etc.), siempre dentro de un marco de simplificación y transparencia.
Impacto y Debate
La Comunidad de Madrid ha anunciado un incremento del 6,5% en la financiación para 2026, alcanzando una cifra récord de 1.239,7 millones de euros, como primer paso para aplicar este nuevo modelo. Sin embargo, la implementación de la LESUC y el nuevo modelo genera un debate crucial:
Postura de la Comunidad: Defiende el modelo como la solución definitiva a la infrafinanciación, garantizando una inversión récord y estabilidad mediante la planificación a largo plazo y la orientación a resultados de calidad.
Críticas de sindicatos y oposición: Sostienen que, si bien la plurianualidad es positiva, el modelo no garantiza la suficiencia financiera total, especialmente porque obliga a las universidades a cubrir al menos el 30% de sus gastos con fondos propios (incluyendo tasas), y no alcanza el objetivo del 1% del PIB en gasto público universitario que exige la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU).
En esencia, el nuevo modelo busca una "corresponsabilidad" en la financiación, pero el punto de fricción es si la aportación pública de la Comunidad de Madrid es lo suficientemente ambiciosa para revertir la situación de infrafinanciación estructural de la última década.
El siguiente vídeo de YouTube ofrece un punto de vista sobre la defensa de la financiación por objetivos para las universidades públicas madrileñas:
La Crónica del Henares
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