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Las pastelerías madrileñas venderán más de 550.000 kilos de dulces tradicionales, con más de 400.000 kilos de buñuelos
Entre los rellenos tradicionales destacan el famoso cabello de ángel (elaborado a base de calabaza) y la crema de batata, ingredientes muy ligados a esta época del año y a los sabores y labores del campo.
01 noviembre 2025.- Con la llegada de la festividad de Todos los Santos, las pastelerías artesanas de la Comunidad de Madrid comienzan a elaborar los dulces más tradicionales de estas fechas. Entre ellos, los buñuelos de viento siguen siendo el postre más demandado, con una estimación de ventas que superará los 400.000 kilos, según datos de ASEMPAS (Asociación Empresarial de Pasteleros y Panaderos de la Comunidad de Madrid), presidida por Jonatan Yagüe Gallardo.
En total, se prevé la venta de 550.000 kilos de dulces típicos, entre los que destacan también: Huesos de Santo: alrededor de 88.000 kilos. Empiñonados y almendrados: cerca de 11.000 kilos. Y otros dulces basados en “Halloween”: alrededor de 22.000 kilos, cifra que sigue en aumento cada año.
Además, se consolida la incorporación de nuevas propuestas como el pan de muerto mexicano, consumido tradicionalmente el Día de Difuntos.
El secreto de los buñuelos: materias primas, elaboración, tradición y sabor.
Los buñuelos de viento se elaboran a partir de la pasta choux, la misma masa que da vida a profiteroles o lionesas y eclairs.
Un punto destacado de este postre es la selección y consumo de las distintas materias primas empleadas básicamente en su preparación. La receta se compone de agua, sal, azúcar, mantequilla, harina, huevos y leche, y tras freírse en aceites de girasol alto oleico, oliva o de orujo de oliva, adquiere su característica textura ligera y esponjosa.
Los rellenos más populares siguen siendo: nata, crema pastelera, chocolate, trufa, café, limón y dulce de leche, junto a otros productos tradicionales del campo por su dulzor como el famoso cabello de ángel (hecho a base de calabaza) y la crema de batata, ingredientes muy ligados a esta época del año.
Dulces con historia
El consumo de buñuelos se remonta a la Edad Media, cuando se elaboraban en palacios y conventos, extendiéndose más tarde a hogares y pastelerías. Por su parte, los huesos de santo, empiñonados y almendrados son herederos de la tradición árabe, elaborados a partir de almendra, miel y azúcar
Más sobre: ASEMPAS (Asociación de Empresarios Artesanos del sector de la Pastelería de Madrid) es una entidad que representa a los profesionales del sector pastelero en la Comunidad de Madrid. Su principal objetivo es apoyar y promover la pastelería artesanal, garantizando la calidad y autenticidad de los productos elaborados de manera tradicional.
El Sello Artesano de Calidad
En 2018, ASEMPAS creó el "Sello Artesano de Calidad" con el respaldo de la Dirección General de Comercio y Consumo de la Consejería de Economía, Empleo y Competitividad de la Comunidad de Madrid. Este sello distingue a las pastelerías que siguen métodos artesanales en la elaboración de sus productos, fomentando la transparencia y la confianza del consumidor en la autenticidad de los dulces y postres que adquieren.
Compromiso con la Calidad y la Seguridad
ASEMPAS promueve el consumo en establecimientos acreditados que siguen estrictas medidas higiénicas y sanitarias, garantizando que los clientes disfruten de productos frescos y seguros. Además, se fomenta el trato cercano y personalizado característico de las pastelerías tradicionales, manteniendo vivo el vínculo entre los artesanos y su clientela.
Recomendación de Consumo Responsable
La asociación invita a los consumidores a adquirir sus dulces y postres en establecimientos que cuenten con el distintivo de ASEMPAS, asegurando así la compra de productos auténticamente artesanales y de alta calidad.
HUERTA CARABAÑA, finca emblemática situada en el municipio de Carabaña, al este de la Comunidad de Madrid, se consolida como uno de los principales productores de calabaza de la región. Este producto, indispensable para la elaboración de los tradicionales buñuelos y otros dulces populares madrileños, encuentra en la vega del Tajuña un entorno privilegiado que garantiza su sabor, frescura y calidad.
La finca madrileña impulsa el cultivo sostenible de calabazas locales, esenciales en la repostería tradicional y cada vez más demandadas en la gastronomía de temporada.
El impulso de HUERTA CARABAÑA se enmarca en un contexto de creciente interés por la calabaza en la región y en todo el país. Según datos del Ministerio de Agricultura, en la Comunidad de Madrid había alrededor de 69 hectáreas dedicadas al cultivo de calabaza en 2020, produciendo aproximadamente 1.532 toneladas anuales
HUERTA CARABAÑA destaca la importancia de cultivar y consumir calabazas kilómetro cero, garantizando a los madrileños un producto de temporada recolectado en su punto óptimo de madurez y sabor

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